La educación y la empresa privada
En el marco de las disposiciones contempladas en la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, se destaca la línea de acción como política que impacta la vinculación del sistema educativo y la empresa privada al identificar la necesidad de promover la inversión privada sin fines de lucro en el fortalecimiento del sistema educativo.
Al respecto, el Pacto por la Calidad Educativa plantea compromisos de parte de todos los actores de la sociedad, con un abordaje sistémico que busca impactar los distintos elementos y relaciones que son determinantes para lograr una educación de calidad para todos y todas.
En ese contexto, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) recomienda a las universidades fortalecer las funciones de servicio a la sociedad; especialmente aquellas orientadas a erradicar la pobreza, la intolerancia, la violencia, el analfabetismo, el hambre, el deterioro del medio ambiente y las enfermedades.
Para lograrlo, se requiere implementar acciones en procura de una sólida vinculación entre las instituciones educativas y el sector privado. Entre estas, flexibilizar o eliminar las normas administrativas que dificulten el vínculo. A su vez, conformar cuerpos académicos, multidisciplinarios e interdisciplinarios que participen en actividades de generación y aplicación de conocimientos.
De igual forma, establecer y/o fortalecer un servicio social y de asesoría en los institutos de educación superior con el objetivo de contribuir al desarrollo de actividades educativas orientadas a la investigación, innovación y transferencia tecnológica de empresas e instituciones.
Concluyo con la premisa del escritor Carlos Ceruti: “La educación, además de constituir un fin por sí misma, es el motor principal de todo progreso humano y, por consiguiente, es la más poderosa palanca para impulsar el desarrollo económico de cualquier sociedad y la mejor herramienta capaz de mejorar la productividad”.