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Leonel-Danilo: agua y aceite

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Luis Encarnación PimentelSanto Domingo

Como a José Frank Peña Guaba se le tiene como un gran estratega, componedor y hombre de aciertos en su línea última de “reflexiones” políticas, algunos creyeron la versión inicial de las redes, señalando que Danilo Medina andaba detrás de una reunión con el doctor Leonel Fernández por intermedio del hijo mayor del doctor Peña Gómez. La dañina especie no llegó muy lejos, sin embargo, porque – aunque dejando claro que era amigo de ambos exmandatarios- el líder del BIS e ideólogo del Foro de Partidos Políticos fue enfático en desmentir lo que, a todas luces, no pasaba de un calculado rumor o globo de ensayo. Y para los fines y futuro de Leonel, que ahora más que nunca debe marcar distancia y reafirmar su diferencia de quienes se equivocaron, le traicionaron y hoy son presas de los más serios cuestionamientos ético-morales, el que las dos figuras no se vean ni se encuentren, para nada, es lo mejor que puede pasar. Sencillamente, porque hay sumas que restan, que no agregan ni aportan nada bueno a quien gana terreno y se ve con el viento a favor, pues dañan y dan lugar a cuestionamientos del gran público. Ejemplo, en la actual coyuntura un “dime con quien andas y te diré quien eres” o el solo pensar que los que se juntan son “los iguales” – en la remota eventualidad de un encuentro Danilo-Leonel - afectaría el notable crecimiento de la Fuerza del Pueblo. En un momento de traslado espontaneo de dirigentes y militantes del PLD a la Fuerza, sin necesidad de contactos del liderazgo de las dos organizaciones, lleva a pensar que Leonel - porque le afecta y nada le aporta - no debe verse ni coincidir con Medina ni siquiera en misa(?). Uno, por el carril de adentro, y el otro, inhabilitado, son como agua y aceite, que no deben mezclarse. A lo sumo, Leonel debe aplicar a Danilo un:” te perdono, pero no olvido”, evitando malas compañías para preservarse. Justo, su honrosa salida del PLD significó la profilaxis que lo reivindicó y mantiene vigente. Mucho más, con la sentencia del TSA, que reconoce a la Fuerza del Pueblo como partido mayoritario. El fallo - con el que Leonel estima que se pasa “del absurdo a la razón”, se fortalece el sistema de partidos políticos y se hace justicia -, más que un tema económico, plantea aun asunto de carácter moral. Y, como dijo un amigo en un “debate democrático “en el que nos retroalimentamos, la moral de Leonel en este momento está “por el cielo”, mientras la de los morados “está en el suelo”, con el dedo acusador encima y sin el poder, perdido por el error de dividir el partido, buscando cerrarle el paso a su cabeza y líder (¿). encar-medios@hotmail.com

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