EL BULEVAR DE LA VIDA

Decálogo para ganar elecciones

RESULTADOS DE PENA.- El pasado sábado, en su acostumbrado análisis político en HOY, el profesor Juan Bolívar Díaz nos recordó los resultados electorales obtenidos por los llamados partidos alternativos (o emergentes, o nuevos, o chiquititos) de 1978 a 2016. Esos resultados, por terribles, deberían llevar a más de uno hasta Einstein por aquello de que si siempre haces las cosas de la misma manera, es imposible que obtengas resultados diferentes. Si lo mucho hasta Dios lo ve, es tiempo ya de que los afectados lo vean y presten atención. En la lucha política no todo lo explica y justifica la marrullería, compra de cédulas y/o uso de los recursos del Estado en los procesos; esas son las viejas perversiones de nuestra partidocracia no importa el partido que gobierne; hablo ahora de otro aspecto y tengo un doloroso pero didáctico ejemplo:

EXITOSO CACHONDEO ELECTORAL. Karim Abu Nabá es un joven dueño/heredero de una inmensa fortuna. Imagina uno que, aburrido y por encontrar con qué entretenerse, harto ya de ganar siempre, como se hartan los presidentes de que sus adláteres le dejen ganar al dominó, a finales de 2015, el muchacho se inventó -o no sé si compró- un movimiento o un partido político para poder ir como candidato a alcalde del Distrito Nacional. Y así, entre bromas y cachondeo, con la felicidad con que un niño disfruta de un juguete nuevo, llegada la hora de la verdad, el joven obtuvo 17,331 votos ¡Y sólo en el Distrito Nacional! Con esa votación Nabá superó a once de los veintiséis partidos que participaron A NIVEL NACIONAL en las elecciones, y hablo de partidos tan emblemáticos y mediáticamente sonoros como la Alianza Para la Democracia, la Fuerza Nacional Progresista o el Partido Revolucionario Institucional.

CONSEJOS NO SOLICITADOS.- Ante una realidad tan cruda y dura, y como un desinteresado aporte a los partidos miembros menores de la Partidocracia Nacional, a continuación, un decálogo de consejos para lograr conectar con los votantes, y sin llegar a los excesos de Karim. Ahí les va.

1.- Jamás confunda sus opiniones con la terquedad de los hechos. La política, como la vida, se nutre de realidades.

2. “Échele un cubo” a la Gallup, pero mande a hacer una encuesta. “Quien no sabe para dónde va, ya llegó”.

3.- Así como en el amor no basta con ganar la batalla, sino que, además debe uno ocupar la plaza, ¡ay!, las redes sociales son útiles, pero no bastan. Ellas no son (todavía) un pase de entrada al Palacio Nacional.

4.- Nuestro mercado electoral no son las clases medias, aunque por su presencia y sonoridad mediática lo parezcan. Apunte bien.

5.- Defina su adversario y pelee en un solo frente a la vez. Evite combatir molinos y confundir los toros, como ocurrió en 2016

6.- No sea víctima del síndrome Leonel Fernández. A menos que sean los votantes quienes le aspiren a usted, no aspire a la Presidencia de la República sin antes aspirar a una alcaldía o al Congreso. Lo del Profesor fue el fruto de un excepcional momento de nuestra historia en donde el PLD quería ganar y el Dr. Balaguer necesitaba que Peña Gómez perdiera.

7.- Defínase. ¿Lo suyo es una ONG/ think tank/ grupo de presión, o es un partido? Elija. No puede dar el pésame, y también ser el muerto en la funeraria.

8. Aprenda a leer las señales que manda la realidad. Los resultados de las últimas elecciones, la composición del Congreso y del poder municipal, por ejemplo.

9.- Conecte con la juventud y las mujeres. Con ellas, mas los medios, algo de red social, los saludos de una Embajada y el visto bueno de por lo menos un sector de la clase dominante, así es como se ganan elecciones.

10.- Usted quiere dirigir el país: “Barra pa’ dentro”. Sea firme pero cortés, digno pero conciliador. Evite el histerismo y la controversia innecesarias. Lo suyo es convencer a los pobres de que en su gobierno dejarán de serlo, y a los ricos... de que seguirán siéndolo.

Y, la ñapa: Evite pelearse con gente que compra tinta, papel y cámaras de TV al por mayor, o con quienes gustan de usar batas largas, oficiar misa en domingo y rezar en silencioÖ desde hace algo más de dos mil años. Buen provecho.

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