Ciudad Colonial: En una casa antigua el cacao es la atracción

Convertir una casa de estilo antigua en un punto donde el cacao y su preparación en bombones y otras delicias, amén de la posibilidad de aprender a elaborarlos, represente un atractivo turístico es una de las originalidades con las que cuenta la Ciudad Colonial de Santo Domingo. El lugar es Kahkow Experience, en la calle Las Damas, a escasos metros de la calle Padre Billini. Lo he visitado varias veces y hoy pretendo volver. 

En el actual proceso de recuperación de la Ciudad Colonial, encontrar estacionamiento, sin embargo, es asunto imposible, salvo en el parqueo público de La Atarazana. Pero con esta tórrida temperatura caminar desde allí es un suplicio. Mi hijo Alexis conduce el vehículo por la calle Padre Billini a ver si aparece algún parqueo. A una cuadra de Las Damas, en la esquina con Isabel la Católica, un par de conos rojos impiden el paso hacia Las Damas. Alexis se acerca al policía de turismo y le pregunta si puede darnos paso. “Son solo diez minutos para tomar unas fotos en Kahkow Experience”. El uniformado accede con una condición: estacionar en el área que corresponde a dicho local. Quita el cono y en Las Damas estacionamos justo frente al lugar. La casa con estilo del siglo XVI que ha sido varias veces intervenida, mantiene su esquema original, resaltando los arcos de medio punto en ladrillo y una imponente puerta de entrada que perteneció a un antiguo palacio en España. Entramos. En el muro a la izquierda varias chocolateras de distintos estilos y épocas llaman la atención. Desde el salón con mesitas que mira hacia el patio interior se observa la moderna fábrica de chocolate enmarcada por láminas transparentes. Deja ver todo lo que en su interior acontece. Previa cita aquí puede uno asistir a cursos de cómo elaborar bombones, trufas, pasteles y otros postres hechos con chocolate.  

Nos encaminamos hacia los pequeños salones en cuyas vitrinas exhiben apetecibles dulces de chocolate. En las paredes cuelgan carteles antiguos relacionados, sobre todo, con el cacao. A la empleada pregunto el sabor de cada bombón a la vista. Pido un par con relleno de dulce de leche y ahí mismo, de pie, los degusto. ¡Son deliciosos! Ahora, por el calor, no me apetece tomar chocolate caliente como en otras ocasiones. Vale aclarar que también hay café. (Mi hijo, Alexis Ramos Brusíloff, tomó las fotos para este artículo en Listín Diario). 

KahKow Experience cuenta con un teatro holográfico que describe la historia del cacao. Para las presentaciones hay que averiguar con antelación día y hora.