Un episodio delicado
El mayor enclave industrial dominicano en la frontera, la zona franca CODEVI, fue objeto ayer de una inesperada incursión de vándalos haitianos que destruyó partes de sus depósitos de alimentos.
La intervención de los servicios de seguridad de la empresa y de militares estacionados en la zona, evitó que este incidente degenerara en una tragedia mayor.
Pero ese suceso pone de manifiesto la peligrosa volatilidad de la situación interna haitiana y la vulnerabilidad de instalaciones estratégicas de la economía dominicana en medio del caos total que impera en Haití.
El episodio obliga al gobierno dominicano a mantener y extremar, según las circunstancias, los protocolos de máxima alerta y seguridad de sus tropas de defensa en la frontera.
Extremar esos protocolos significa elevar el nivel de disuasión militar con armamentos y equipos defensivos porque, en realidad, lo que se desarrolla en Haití es una guerra de baja intensidad que escala cada día.
Y razonable ha sido la decisión de la empresa de mantener suspendidas sus operaciones hasta que pueda ser posible restablecer el trabajo normal de sus empleados, la mayoría haitianos de la comunidad de Juana Méndez.
Tan desaprensivos son los que provocaron los desmanes que no se dieron cuenta que, de ese modo, estaban atentado contra la estabilidad que disfrutan sus compatriotas de Juana Méndez en medio del hambre, desempleo e inseguridad que abate a millones de los suyos atrapados en ese infierno.