SERIE

El Tribuno de la plebe, precursor del periodista

Una comparación entre dos exitosas teleseries vinculadas al manejo del poder: “Roma” y “Juego de Tronos” no sería provechosa. Poco hay que decir de ambas por la naturaleza comercial que le imprimieron sus productores. Esto, vinculado a la gran cantidad de seguidores que las han disfrutado a lo largo y ancho de sus exitosas temporadas, me ganaría muchos detractores.

Sí, es bueno apuntar que ambas parten de un ejercicio intelectual que intenta transportar al espectador a épocas pretéritas donde los desgobiernos pudieran ser similares a los actualmente rigen en muchas partes del mundo por su carácter populista y la manipulación y control sobre el Senado y la Justicia.

El reino de la invención es ancho y en ambas series prevalecieron las aventuras y las verdades a medias. A favor a una de ellas, “Juego de Tronos” debo apuntar la meticulosa caracterización de algunos personajes y el desarrollo sicológico de los mismos a través de sus temporadas. A favor de la otra, “Roma”, algunos personajes y episodios reviven momentos estelares de la humanidad a pesar de que algunas de sus actuaciones solo se dibujan a partir de sus oscuridades.

En “Roma”, teleserie aparte, hay momentos importantes para la historia de la Comunicación Social como ciencia, y es la aparición del personaje de “El Tribuno de la Plebe”, figura que todos los días, frente al Senado leía a manera de noticias (impresas en tablas de madera o en cuero), las ocurrencias del poder, sus desmanes y órdenes. Más que un periodista, era un actor (grotesco en esta ocasión) que con movimientos explícitos declamaba los textos que le ordenaban leer.

No había entonces periódicos en Roma, sino que el tribuno hacía las veces de comunicador social.

Por eso muchos aseguran que el periodismo como tal nace en Roma, aunque no de esta forma, sino cuando comenzaron a realizarse escritos y memorias (también en tablas o en cueros de animales) colocados en el Foro Romano. Este tipo de escritos se asemejaba a los diarios de información pública que hoy existen. Solo era texto. No contenían fotografías ni grabados al estilo actual.

Para aquellos tiempos no existía aún el papel, el cual fue “inventado” en China muchos años después, concretamente en el año 105 d.C

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