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Sucesos coincidentes: Reilly y Trujillo

El mismo día y a la misma hora en que caía abatido Rafael L. Trujillo se ejecutaba el apresamiento de monseñor Tomas Francisco Reilly, siendo sacado a empujones del Colegio Santo Domingo. La confrontación entre la Iglesia católica y la dictadura trujillista había llegado a su clímax.

El enfrentamiento entre Trujillo y la Iglesia católica empezó con la carta pastoral del 31 de enero de 1960 en la que se denunciaban las represalias y vejámenes a de muchos expedicionarios de Junio del 1959 que guardaban prisión y eran hijos de familias acomodadas.

La persecución se agudizó el 12 de marzo de 1961 cuando Reilly en un sermón a su feligresía de San Juan de la Maguana denunciaba la persecución del gobierno: “está claro ahora que el gobierno de su excelencia generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina ha adoptado su modo especial de persecución”. Esto selló su suerte. A partir de ese momento se multiplicaron las intimidaciones a la iglesia.

Solo dos días después, Reilly fue objeto de una campaña radial de descrédito y una cruenta persecución que iba desde la explosión de una bomba en la escuela parroquial hasta ser acusado de autor intelectual de acciones terroristas, por lo cual fue encausado.

El 12 de abril de 1961 la casa de Reilly en San Juan fue agredida por una turba con una lluvia de piedras que la destruyeron e irrumpieron para realizar mayores destrozos, haciendo huir despavoridos a todos los religiosos que residían junto a él: 21 sacerdotes 12 religiosas y 3 misioneras españolas, los cuales se trasladaron a la capital para refugiarse en el Colegio Santo Domingo.

La campaña se fue recrudeciendo exigiendo que los obispos extranjeros fueran expulsados del país.

La noche del 31 de mayo militares penetraron violentamente al Colegio Santo Domingo. Se lo llevaron preso a la cárcel del Km. 9, de Villa Mella. Lo que desconocían esos militares es que en ese preciso momento también terminaba el régimen con el ajusticiamiento de Trujillo.

El presidente Joaquín Balaguer enterado del apresamiento de Reilly mandó a llamar al recinto carcelario, a través de Paíno Pichardo, ordenando: “traigan al Palacio al obispo”.

Esta orden de Balaguer, la primera tras la muerte del tirano, evidentemente le salvó la vida a Reilly.

En una entrevista realizada por monseñor Camilo en 1988 Reilly le confesó que lo condujeron al despacho de Balaguer, quien estaba acompañado de Pichardo y el general Pupo Román. “El Presidente me pidió disculpa por lo que había pasado, ya que había sido una noche de mucha confusión y me comunicó que hubo un atentado contra la vida de Trujillo. Yo le contesté: “Dios quiera que se haya salvado”. Pero Pichardo intervino diciendo: “No, hace como media hora que hemos encontrado el cadáver del Jefe y está aquí en el Palacio Nacional”… "Pero yo no lo vi”.

Balaguer ordenó al secretario de Educación, Miguel Ángel Jiménez, que lo acompañara al Colegio Santo Domingo. Y que nadie lo molestara.