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Educa, Mescyt y el Popular juntos por la calidad educativa

Finalizando el pasado octubre las tres instituciones del encabezado informaron que realizarán la vigésimo séptima edición del congreso Internacional de Educación “Aprendo 2023”, auspiciado por el Banco Popular Dominicano desde su primera edición.

Llevar a cabo un evento de tal naturaleza, en medio de la persistencia de bajos índices cualitativos en los resultados académicos nacionales (desde básica a la educación superior), resulta una oportunidad aprovechable por los interesados en ser parte de la solución de esta retadora realidad.

Igual relevancia reviste que este congreso esté enfocado en la diada básica y esencial que soporta, garantiza y construye el proceso de enseñanza-aprendizaje como continuidad socialmente rentable y eficiente: los maestros profesionales y las familias comprometidas. Ellos son los pilares con función efectora sobre los educandos. Para los organizadores, el “binomio escuela-familia constituye el sostén de un aprendizaje efectivo y del logro de la educación de calidad necesaria en el país”.

El hogar será abordado, en esta visión y versión, como socio estratégico del aprendizaje garantista de la calidad educativa. Un espacio que, desde nuestro punto de vista, también resulta beneficiario directo, pues la calidad educativa se traduce en capacidades y calidades humanas que —comprobado está— inciden positivamente en el desarrollo y sostenibilidad del hogar como esfera de la vida familiar y de la comunitaria, propiciando interacciones interpersonales sustentadas en torno a temas y situaciones enriquecedoras del acervo, la creación de habilidades e imaginarios y la construcción y afirmación de valores.

La problematización registrada en el ámbito educativo a consecuencia de lo que eufemísticamente la Presidenta de Educa, María Waleska Álvarez, aludió como coyuntura “de oportunidad de mejora”, es un fenómeno global que afecta a muchas economías y comunidades nacionales del globo. En la República Dominicana, desde los años ´90s del siglo pasado, el propio Ministerio de Educación ha estado dando la voz de alerta, socializando los índices de aprendizaje a través de los cuales se mide la calidad de la educación servida a la población en edad escolar.

Además de apreciar —con la presidenta de Educa— el profesionalismo, la meritocracia y la dedicación de los docentes y valorar la necesidad de continuar robusteciendo las competencias, indicamos lo relevante de potenciar la inspiración: la voluntad sensible, comprometida e invariable con el deber de enseñar, aspecto vocacional y misional cardinal indispensable en los maestros.

Los enseñantes nacionales, desde directivos a profesores, están ante la oportunidad de programar y registrar su participación en este congreso que el Banco Popular apoya motivado por el interés de que el país alcance una educación de calidad, según expresó Mariel Bera, vicepresidenta del área de relaciones corporativas y banca responsable de esa entidad.

Involucrar las familias en el proceso educativo es objetivo cardinal de la construcción de ciudadanía y de la sostenibilidad cívica y económica nacional, por cómo impactan sobre el desarrollo y la civilidad. Es crucial, pues, crear, afinar y compartir estrategias, iniciativas, medios e instrumentos capaces de generar esa sinergia biunívoca que, a través de los educandos, puede sembrar saberes en los hogares y hacer del aprendizaje un hábito que engendra una nueva cultura de saberes y ciudadanía. A lograrlo con “Aprendo”.