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PUNTO DE MIRA

Abinader luce derrotado

La repostulación de Luis Abinader además de pasar por encima a sus palabras contra la reelección y burlarse de la historia de Peña Gómez y Hatuey Decamps abre la incertidumbre sobre el futuro del PRM del cual es dueño asociado a Hipólito Mejía.

La historia y los números actuales de una posición unida insinúan la derrota de Abinader en las próximas elecciones lo que le permite volver a ser candidato presidencial en el 28, por eso cierra puertas y ventanas a cualquier liderazgo que pueda emerger.

Los dirigentes del PRM desean la victoria de su candidato porque ellos también se reeligen y además inhabilita constitucionalmente a Abinader para competir algo que cambiaría las perspectivas actuales.

En el PRM a los que ambicionan el poder la incertidumbre los carcome por las variables en juego donde brota su herencia perredeísta de sólo hacer gobierno por cuatro años sin ninguna obra que exhibir.

La alianza de la oposición prendió la llama de la esperanza de recuperar el poder en millón y medio que se abstuvieron en 2020 por eso el gobierno “compra aquí, compra allí” aunque esto signifique anular a su propia gente desatando conflictos en muchas provincias.

Desde fuera no se percibe la intensa lucha interna que se libra en el PRM donde los candidatos naturales e importados quieren quedar bien posicionados por eso luchan entre si como mendigos rabiosos y con el temor por el crecimiento de la oposición.

Mientras la inflación golpea a los pobres y el crecimiento económico indica peores números que el año pasado, la educación, salud, transporte y deteriorados los servicios públicos inflaman la protesta ciudadana invulnerables al derroche de publicidad oficial.

Abinader confiesa que no duerme porque le pesa el doble récord histórico de obtener el mayor monto de préstamos y de menor inversión pública, pero seguirá como candidato en el 28. En la gatera quedarán David Collado, Carolina Mejía y Guido Gómez, entre otros no puede competir contra él.

Abinader no comprende que obras son amores y vive con la boca llena de promesas. La incapacidad de hacer una obra de gobierno es el combustible que hace crecer la oposición. Sus comparecencias muestran un candidato derrotado con discurso insulso que cree su propia narrativa y ríe de sus propios chistes.