La verdad sobre el Manifiesto

Con alto sentido de responsabilidad y justicia, me siento compelida a responder el reiterado reclamo del Lic. Tony Raful aparecido en la página editorial del Listín Diario los días 14, 21 y 28 de junio del año en curso, con respecto al Manifiesto que se escribió con motivo de la muerte de Rafael Leonidas Trujillo Molina. Mucho se ha especulado sobre quién o quiénes lo habrían escrito. Se han mencionado diversos nombres como posibles autores; se cuestiona dónde está y en poder de quién está. Quiero expresar responsablemente y con toda veracidad en este momento y por este medio que el redactor y autor de dicho documento lo fue mi padre el Lic. José Francisco Tapia Brea, por encargo específico del Lic. Ángel Severo Cabral, su amigo y compañero en la trama para eliminar al tirano. Dicho documento lo preparó dos o tres meses aproximadamente antes del 30 de mayo de 1961, en su residencia de San Francisco de Macorís, dándole los últimos toques en casa de su hermano Manuel Tapia Brea, residente en Santo Domingo, y en presencia del Dr. Rafael Acosta, ambos participantes de la trama. Por espacio de 15 ó 20 años estuvo el documento en posesión del Lic. José Tapia Brea, guardado celosamente, por él en espera de que, de alguna manera, y en cualquier momento, alguien con criterio y autoridad histórica o periodística se interesara en conocer y divulgar los pormenores de los acontecimientos que ocurrirían, una vez eliminado el dictador Trujillo. Grande fue su asombro y por qué no, su desengaño, al comprobar que únicamente había interés por conocer los hechos inminentes del complot y de los héroes inmediatos que participaron de forma más próxima en el mismo. Año tras año, los periódicos publicaron las mismas fotos de los héroes y las mismas reseñas. Decepcionado ante esta repetida actitud de apatía generalizada y considerando la inutilidad de la conservación del documento, un día, 15 ó 20 años después, repito, estando frente a mí en la oficina que compartíamos en Plaza Naco, lo leyó por última vez y con tristeza y desencanto lo rompió, yendo a parar los pedazos al zafacón de la basura. Por esta razón, no existe el Manifiesto o La Proclama, como la llamábamos en ese entonces. Era un documento muy comprometedor escrito a maquinilla, improcedente hacerlo con copia de papel carbón. Había permanecido en silencio hasta ahora. Pero ante la inquietud e interés que, finalmente, se manifiesta 50 años más tarde, considero mi deber, derecho y obligación relatar estos hechos, verídicos y completamente apegados a la verdad, y respaldados por algunas personas, que aún viven. Tales como el Dr. Rafael Acosta, y mi primo hermano Bolívar Tapia Cunillera, hijo de mi tío Manuel Tapia Brea, quien a sus 14 años y movido por la curiosidad, en un aparente descuido de los mayores, tuvo en sus manos el documento que leyó y comentó, asombrado, con sus padres. Existen varios artículos entre ellos el del folleto titulado “La Trama. Habla un conjurado. Dr. Antonio García Vásquez”, publicado por Presencia Mocana por su director el Dr. José A. Cruz Infante, en junio del 1982, que menciona en su página 16, párrafo 2do., lo siguiente: “A casa del General Díaz, debería ser llamado y/o concurrir Ángel Severo Cabral, quien en compañía de un grupo dispuesto por él se dirigiría a una estación de radio para lanzar una proclama. Creo que en ese aspecto intervino igualmente el Lic. José Tapia Brea”. Por otra parte, en el 1er. aniversario del fallecimiento, aparece publicada en la edición del 19 de junio de 1985 del Listín Diario, página editorial un artículo titulado “Datos Biográficos” de mi autoría, donde en uno de sus párrafos, hablando del Lic. José F. Tapia Brea, dice: “Participó activamente con los complotadores de la muerte de Trujillo, junto con los malogrados Ángel Severo Cabral, Eduardo A. García Vásquez, Luis Manuel Baquero, y otros, que a tantos años de la muerte del Tirano, aún ignora el pueblo dominicano su cuota de participación y sacrificio”. Asimismo, fue publicado en el Listín Diario del 26 de junio de 1986, página editorial, un artículo también de mi autoría titulado: Mi padre Lic. José F. Tapia Brea. “In memorian” que dice lo siguiente: “Estaba íntimamente comprometido en la trama que finalmente culminó el 30 de mayo de 1961, aunque no le tocó el turno de actuar. Debía participar en la segunda etapa lanzando a los cuatro vientos aquella Proclama a través de la radio y la televisión, aquella Proclama gloriosa que escribió para comunicar al pueblo dominicano y al mundo, la decapitación de la tiranía. Aún resuenan en mis oídos sus palabras épicas llenas de euforia, cuando me leía esa pieza admirable producto de su pluma que nunca llegó a cumplir su cometido. Fue de los héroes anónimos de esa gloriosa gesta junto con Severo Cabral, ese mártir de la patria tan injustamente detractado. Hoy a los 25 años del suceso todavía no se mencionan sus nombres, pero algún día la historia los recogerá y les hará justicia. ¡Le tocó a ustedes la honra, aunque no la gloria!”.