La fragmentación de la conciencia colectiva
La izquierda progresista y petulante, se ha dado a la tarea de hacerle el trabajo efectivo a la clase dominante, para popularizarla y mantenerle abiertos los caminos en el poder. No hay mayor ciego que el que no quiera ver. La nueva izquierda o las progresistas como les gusta llamarse, a falta de una ideología que murió cumpliendo con su ciclo histórico, la ha reemplazado con el auspicio de temas de comportamientos humanos, que provocan choques y divisiones a lo interno de la sociedad.
Estas divisiones fragmentan la lucha de objetivos importantes en el rescate de la consciencia y dignidad nacionales, lo difuminan y permiten la penetración de la táctica puesta en marcha por aquellos que se han colocado desde siempre en el manejo del poder político y económico, en el anquilosamiento de la clase empobrecida, y llega incluso a comenzar a dominar una parte de la clase media, la que por su mayor instrucción y educación, es la que adquiere más rápidamente conciencia de la lucha de sus reinvindicaciones a favor de sus derechos.
Esta clase poderosa ha tomado control de los medios de comunicación y redes sociales populares, para transmitir mensajes de adormecimientos, carentes de sustancias, donde se aniquilan los valores de la dignidad humana. Los mensajes enviados son para masificar el simplismo de la vida fácil, con acciones dirigidas a provocar el morbo y los vicios, que ellos mismos controlan a través de sus empresas.
Todo es un círculo de enriquecerse en virtud del círculo vicioso de la propaganda de la vida fácil, y de la división de la sociedad, a través de parcelas de empadronamientos de estereotipos de comportamientos de cuantos miles existan en esta tierra, que van emergiendo como aquellas palomas que el mago extrae de su jaula mágica, y que ayudan a multiplicar la diversidad de bienes destinados a aumentar sus ganancias, de un consumo manipulado y estimulado en sus instintos. Así fue, como la utilizada por las tropas de intervención en el 1965, cuando invadieron con drogas los barrios de la revolución de Abril de la ciudad colonial, para adormecer y aniquilar el espíritu de rebeldía de esa juventud.
Así vemos, como esta sociedad es llevada a dar tumbos sin un rumbo colectivo definido, por eso es muy difícil de esperar milagros, cuando los elementos como la virtud, la esperanza en un futuro promisorio libre de inequidades, y la fuerza de luchar por ideales, no existen, porque el sistema controlador, se ha dado a la tarea de aniquilarlos, con el sostenimiento de un estado indolente y perverso. Esto unido a la fragmentación que crea en el grupo social que puede desarrollar esa conciencia colectiva, ese grupo progresista, mediante la propaganda de impulsar una falsa libertad, que lleva a la alienación del ser humano, y al desbordamiento de nuestros instintos más primitivos.
Entonces, no tardaremos en ver reproducido en nuestra sociedad, la realidad que hoy vive la sociedad norteamericana, de verse entregada en los brazos de líderes demagogos carentes de visión, pero que se han convertido en los pararrayos que acogen bajo su techo aquellos que ven en su protección su sola salvación.
El cada vez más elevado porcentaje de la abstención electoral, es un signo alertador del peligro al que se avecina este pueblo, si sus líderes conscientes,no tienen la capacidad de impulsar la concientización y empoderamiento de los ideales que nos unifican como colectividad, derrotando la alienación a una sociedad de vida fácil y pervertida, y a la división que impulsa el progresismo, desvalorizado de los principios que nos dieron sustentación de ser nación como pueblo.