Una vuelta por la Catedral Nuestra Señora de Regla, en Baní

Nuestra idea era almorzar en uno de los restaurantes en Las Salinas, pero son las 12:30 del mediodía de un miércoles laborable. Desde Baní es una media hora de camino ¡y tengo hambre! ‘A ver qué encontramos’, digo a mi hijo Alexis. ‘La próxima vez planificamos con antelación’, me responde. A una motociclista pregunta, ‘¿Hay por aquí un restaurante?’ ‘Medina’, contesta. Buscamos en la web. Hoy está cerrado, pero La Casona está abierto, y a corta distancia. ‘A lo que salga, vamos’. Lo que sí tiene es un amplio parqueo en la acera de al frente. El local tiene varios espacios de distinto tipo: el de buffet con abanico, al aire libre y con aire acondicionado. Nos dirigimos a uno de los dos salones con aire. El de mayor tamaño está lleno. En cuanto a plato a elegir, aquí no voy a inventar. Sencillo y sin problema: Pechuga de pollo a la plancha y papas con romero. De postre, dulce de leche cortada. De bebida pregunto si tienen té de manzanilla. No, no tienen. Alexis pide que por favor traigan una taza de agua hirviendo. Sabe que en mi cartera guardo un par de bolsitas de esta infusión, por si acaso. Traen el agua. Está caliente, pero no hirviendo. De algo sirve.

De vuelta al auto, listos para regresar a Santo Domingo, recuerdo que no hemos visto la Catedral Nuestra Señora de Regla, patrona de Baní. ‘Debe estar frente a un parque’, comenta mi hijo. Y a un gran parque llegamos, pero a la redonda no hay templo alguno. ‘Busquemos otro parque’. Así lo hacemos. Encontramos el Marcos A. Cabral, que en un tiempo fue una antigua plaza. ‘Mírala allí’. Alexis se apea para retratarla. Yo me quedo en el auto. El templo está cerrado y el sol cae a plomo para una caminata, por corta que sea.

Con la finalidad de conocer detalles de este hermoso templo con fachada neoclásica, me documento en Un pueblo unido por la fe, de la autoría de Virginia Flores Sasso y Esteban Prieto Vicioso. La primera piedra del templo actual fue colocada en agosto de 1876. En el transcurso de los años fueron sustituyendo elementos de madera por ladrillo, y el techo enmaderado por hormigón armado. Se reinauguró, tras otros varios cambios y ampliación, el 21 de noviembre de 1933. Ha sido restaurada en varias ocasiones. Bani ‘construyó su iglesia piedra por piedra, con la participación de toda la población sin importar edad ni género’.