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DIVERSIDAD

Peravia,  histórica y atractiva

POCAS PROVINCIAS PUEDEN PRESUMIR, COMO ÉSTA, DE CONCENTRAR GRAN VARIEDAD EN POCO ESPACIO

BANÍ, Peravia.- Pocas provincias pueden presumir, como ésta, de concentrar tantos y tan variados atractivos en tan poco espacio. Aunque su extensión se redujo en el 2001, cuando fue creada la provincia San José de Ocoa, los más de 700 kilómetros cuadrados que posee Peravia anidan más que sólo mangos, dulce de leche y granos de sal. Si de belleza natural se trata, aquí está la bahía de Las Calderas, dotada de hermosas playas, ideales para la práctica de deportes acuáticos como el “windsurfing”. Si busca ecosistemas de rica biodiversidad y valor científico, encontrará las dunas más extensas del Caribe: las Dunas de Las Calderas, que tienen categoría de monumento natural. ¿Historia? En esta provincia sureña vieron la luz presidentes, escritores y uno de los más destacados personajes que lucharon por la independencia de Cuba: Máximo Gómez. En sabor, Peravia no se queda atrás. Los dulces de coco y de leche, así como los mangos cultivados aquí gozan de buena fama a lo largo y ancho de todo el país. Y, por si fuera poco, la tradición cultural dominicana se enriquece con su sarandunga (baile) y sus chuines (cantos de origen andaluz). OrigenLa provincia Peravia fue creada en 1944, cuando recibió el nombre de José Trujillo Valdez. Más tarde -en 1961- fue rebautizada. A Baní, por la ‘ruta del mango’.- La paralización en los trabajos de construcción de la carretera San Cristóbal-Baní no es obstáculo para emprender el camino. Unas sencillas instrucciones y el deseo de aventura resultan más que suficientes para conocer de cerca los atractivos de este municipio sureño. Nos sirvió de guía la “Ruta del mango”. Esta propuesta turística “toma de la mano” al visitante y lo conduce por distintos lugares de interés en Peravia, sin desviarse demasiado de la carretera principal que atraviesa el municipio y la ciudad de Baní, y varios de sus distritos municipales. Del resto se encargaron los propios banilejos, quienes, con su amabilidad, hacen también las veces de guías. Sin embargo, la primera señal que nos indicó que estábamos cerca de nuestro destino no la marcaron los lugareños. El colorido de los puestos de la fruta local se encarga, por estos días, de dar la bienvenida a la “Capital del mango”. Primera parada: Paya. Casi con toda seguridad será también la última parada al emprender el viaje de regreso. Si en la mañana hace un alto en alguno de sus paradores para saciar el hambre, al caer la tarde lo hará para llevarse consigo un dulce recuerdo de su paso por Peravia. Paya debe su fama a los dulces, preparados en la misma comunidad. Los de coco tierno, leche e higos rellenos de leche son los más solicitados, informan en Las Marías, donde hallará desde un dulce de leche de diez pesos hasta un tarro de 130 pesos. Al dejar atrás Paya y entrar en la ciudad de Baní, limpia y organizada como de costumbre, empieza el recorrido tras la huella del tiempo. Aquí el orgullo tiene historia, y en ella el nombre de Máximo Gómez ocupa un puesto cimero. En el lugar donde nació existen una plaza y un pequeño museo, levantados en su honor con la colaboración del Gobierno cubano. El museo, un pequeño espacio con fotos, copias de documentos y una cronología de su vida, abre sus puertas al público de 8:00 de la mañana a 12:00 del mediodía y de 2:00 a 6:00 de la tarde. En la plaza, en cuyo centro se yergue un busto del banilejo que luchó por la independencia cubana, queda aún el último horcón de la que fuera su casa. La memoria de Gómez también se honra en el edificio del Ayuntamiento Municipal, ubicado junto al parque central y decorado con un gran mural creado por artistas cubanos. En la segunda planta del Ayuntamiento, abierto al público gratuitamente de 8:00 de la mañana a 12:00 del mediodía y de 2:30 a 6:00 de la tarde, está el Museo Archivo Histórico de Baní, que exhibe piezas alusivas a la vida de Gómez y de otros ilustres personajes que nacieron o vivieron aquí. No muy lejos, también junto al parque, se levanta la catedral Nuestra Señora de Regla. En este templo, el pintor Jaime Colson inició trabajos para realizar varios frescos. Su proyecto quedó inconcluso, pero fue retomado recientemente como parte de las obras de remodelación de la Catedral, detrás de la cual existe actualmente una plazoleta con murales de los fundadores de Baní. Fuera de la ciudadEl paseo histórico no se detiene al abandonar la capital de la provincia. Ni siquiera después de ver las nuevas y modernas urbanizaciones que se construyen en las afueras. Al llegar a Villa Sombrero, una parada obligada es el Parque Histórico y Natural de Los Guayacanes, donde se encuentra el Museo Histórico de la Familia Ortiz. Es de fácil acceso, así que no tema preguntar por su ubicación ni revelar su ignorancia si desconoce el significado de la palabra “regola”. El pequeño canal de riego que los lugareños le indicarán como referencia está junto al camino y tal vez no lo vea, pero sin duda verá los faroles y adoquines que conducen al pequeño pero encantador parque, situado justo frente al colegio Inmaculada Concepción. Para nosotros no hubo suerte. El museo dedicado al general Faustino Ortiz, patriota independentista y comandante en armas de Baní, estaba cerrado. Tuvimos que conformarnos con ver desde afuera el bohío de más de 150 años, en cuyo patio se lucen imponentes árboles de guayacán. Tomando de nuevo la carretera principal, la “Ruta del mango” sugiere visitar el santuario de San Martín de Porres. Para acceder a él tendrá que tomar el camino que conduce a la comunidad de Las Tablas, el cual empieza junto a la zona franca. El trayecto resulta tortuoso, pero al divisar desde lejos el templo construido en piedras, se le pasará la amargura. Envuelto en esta época por la soledad y silencio, el santuario construido por iniciativa del fenecido sacerdote Juan Roberto Jaime, cuya tumba se encuentra al pie del santuario, se llena de feligreses cada 3 de noviembre, día de San Martín de Porres. De vuelta a la ruta y después de pasar por Matanzas, está Quijá Quieta. Bromas aparte por el curioso nombre, tal vez sea hora de un refrigerio. Y ahí está la Plaza del Maíz: un negocio con más de 12 años que, como indica su nombre, se especializa en recetas elaboradas a base de esa planta. UN BAÑO DE ARENA, SAL Y MAR¿Pasear por Peravia y no llegar a Salinas? Imposible. Sería como no haber ido. En los alrededores de la bahía de Las Calderas le esperan las dunas con sus mangles, las minas de sal y las playas de candente sol y fuerte brisa. La arena de las dunas, reserva científica, le servirá de marco para tomarse fotos, un recuerdo casi obligado. Y tras el baño de arena, le espera otro de sal y de mar. Para llegar a las playas de Salinas debe pasar junto a las minas de sal, donde también puede detenerse para tomar algún recuerdo... fotográfico: está prohibido tomar sal de la mina. Un trabajador dominicano ñla mayoría era haitiana- explicó que el suelo llano y duro, la brisa y el sol hacen de Salinas el lugar indicado para este tipo de explotación primitiva de sal. La playa de Salinas cuenta con un parador turístico administrado por la Secretaría de Turismo y una empresa privada. Dentro de la zona se aplican normas como la prohibición de introducir o cocinar alimentos o encender fogatas.

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