En busca de una mayor proyección para la cocina latinoamericana

La elección, en 2023, del restaurante peruano Central como el mejor del mundo, de la mexicana Elena Reygadas como mejor chef femenina y la ecuatoriana Pía Salazar como mejor pastelera deja claro que los chefs latinoamericanos cosechan importantes logros.

No obstante, en opinión de Miguel Rodríguez, chef salvadoreño radicado en Italia, la gastronomía latinoamericana aún carece de reconocimiento internacional.

A excepción de la comida mexicana (más específicamente los tacos), la tradición culinaria de Latinoamérica, dice, resulta poco conocida para los comensales de otras regiones del mundo.

“No hay en el mundo quienes hagan ver sus platos” para que sean apreciados, asegura el personal chef, quien considera que si bien la alta cocina de Latinoamérica ha avanzado, este avance es “poco” comparado con lo que la región tiene para ofrecer y con la fama del arte culinario de otras regiones.

En la cumbre de la cocina mundial se encuentran países europeos como Francia, con su excelente pastelería, e Italia, que ha sabido unir y reinterpretar platos de otras culturas, pero en la escena gastronómica de esas naciones, afirma Rodríguez, se han abierto paso pocos chefs latinoamericanos.

Independientemente de que la situación sea solo una de las manifestaciones de un eurocentrismo presente, igualmente, en otras esferas de la vida, Rodríguez valora como un hecho positivo el que en la actualidad el mundo les esté prestando más atención a los latinoamericanos, y en especial a los hispanoamericanos. Este fenómeno, que se verifica en el mundo del entretenimiento, podría atraer atención hacia otros aspectos de la cultura latinoamericana, entre ellos a la gastronomía.

Sobre la cocina dominicana

Respecto a la gastronomía dominicana, de la cual ha probado platos como la bandera (arroz, habichuelas y carne) y el sancocho, Rodríguez destaca el predominio de materias primas sencillas pero gustosas y nutritivas.

Cuestiona, sin embargo, que la oferta culinaria de la hostelería local se oriente con frecuencia a los platillos internacionales, ya que el país depende del turismo y los turistas, argumenta el chef, desean probar la cocina autóctona del lugar que visitan.

Le llama la atención, además, que los precios de los restaurantes que ha visitado en el país se equiparen con los de países europeos reconocidos mundialmente por su gastronomía.

Su carrera y proyectos

Miguel Rodríguez nació en San Salvador, El Salvador. A los 17 años se mudó a Italia y a los 18 comenzó a trabajar en el restaurante de su padrastro, un reconocido chef italiano. No se limitó a esa experiencia, sino que estudió alta cocina y continuó su formación en otros restaurantes.

En la actualidad está establecido entre Milán y Sicilia. En esta isla trabaja en yates de lujo como chef personal.

Como chef privado ha trabajado para diplomáticos, políticos y deportistas, clientes que pagan este tipo de servicio buscando “exclusividad y, más que todo, un gusto”.

Aparte de su trabajo como chef privado, Miguel Rodríguez (en Instagram @miguelrodriguezchef) se encuentra inmerso en la creación de un nuevo proyecto: un negocio de catering internacional.

Reconoce que internacionalizar los servicios de catering no resulta sencillo, pero sí cree que es posible lograrlo con éxito.

República Dominicana forma parte de sus planes de expansión, por tratarse, según el cocinero, de un mercado con gran potencial de crecimiento.

Además de expandir su radio de acción, a través de su trabajo Rodríguez aspira a seguir dando a conocer el talento culinario latinoamericano.