Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

Orlando Martínez

Orlando Martínez: 50 años de la perdida de una pluma brillante

Nació la madrugada del 23 de septiembre de 1944 en Las Matas de Farfán, fue el retoño más pequeño en una familia que, durante años, anheló una niña

Orlando era muy tímido, pero su claridad y respeto por la gente eran notables; quienes lo conocieron dicen que nunca habían visto a alguien tan tímido como lo era él.

Orlando era muy tímido, pero su claridad y respeto por la gente eran notables; quienes lo conocieron dicen que nunca habían visto a alguien tan tímido como lo era él.

Orlando Martínez Howley era un hombre joven, con una vida intachable y muy amado por todos los cercanos a él. “Una pluma brillante”, según recuerdan quienes lo conocieron.

Nació la madrugada del 23 de septiembre de 1944 en Las Matas de Farfán, fue el retoño más pequeño en una familia que, durante años, anheló una niña.

Sergio Martínez, su único hermano con vida, recordó y relató al LISTÍN DIARIO cómo sus padres intentaron en seis ocasiones tener una hembra. "Yo fui el penúltimo", comentó Sergio.

"Orlando tuvo la suerte de que, si yo hubiera sido hembra, ya se habría detenido la fábrica. Orlando nunca habría nacido, y esta historia no se hubiera podido escribir de esta manera. El país se habría perdido del talento, del valor, de la seriedad de Orlando", dice.

Como el último de seis hermanos, vivió la experiencia de ser el "mimado" de la casa. Creció bajo la tutela de una madre “cariñosa y apoyadora”, Adriana Howley, y un padre, don Luis Mariano, que era extremadamente exigente y sobresaliente en matemáticas.

Su padre se desempeñó en su comunidad como tesorero, mientras, su madre libanesa se dedicaba al comercio.

Además, Sergio recordó cómo decían "gracias" con tanta frecuencia que Orlando, con su seriedad, se volvió un joven respetuoso con todos.

Orlando era muy tímido, pero su claridad y respeto por la gente eran notables; quienes lo conocieron dicen que nunca habían visto a alguien tan tímido como lo era él.

Orlando era muy inteligente y aplicado

En el centro, el periodista Orlando Martínez y el profesor Juan Bosch. Figuran también en la foto los periodistas Ramón Reyes, Antonio Espinal y Manuel Severino

En el centro, el periodista Orlando Martínez y el profesor Juan Bosch. Figuran también en la foto los periodistas Ramón Reyes, Antonio Espinal y Manuel SeverinoFundación Juan Bosch

Sergio Martínez Howley contó que todas las noches, después de la cena, se reunían en una gran mesa del comedor en la terraza. Era el momento de hacer las tareas.

Orlando se ganó el cariño de sus profesores, destacándose como un excelente estudiante.

Ambos hermanos disfrutaban del béisbol, y los sábados asistían a clases de latín.

Orlando, en su bicicleta, les llevaba el desayuno a sus padres al trabajo y disfrutaba narrar juegos de béisbol en el camino.

Juntos también participaban en la iglesia como sacristán. Tenían que preparar el altar y repicar la campana tres veces para avisar a la gente de que comenzaba la misa, según lo recuerda Sergio.

En su juventud, Orlando tuvo que aprender mecanografía y música en la escuela, habilidades que le servirían más adelante.

Sergio agradece que, gracias a esos esfuerzos, hoy puede tocar un piano en su hogar. "Me gradué de solfeo a los ocho o nueve años y participé en la música infantil", dijo sintiéndose muy orgulloso.

Prefirió las letras sobre los números

La familia de Orlando pensaba que él podría convertirse en ingeniero, ya que sus hermanos Nilson y Sergio lo eran, aparte de que Orlando destacaba en matemáticas.

Sergio contó con una sonrisa que una vez le estaba enseñando cómo resolver una ecuación y le sorprendió lo rápido y diferente que fue Orlando para hacerla.

“Yo me quedé mudo porque me lo arregló de otra manera y estaba bien”, dijo.

Sin embargo, al llegar el momento de elegir su camino, Orlando sorprendió a todos al inclinarse por la literatura.

La lectura era su alimento

Su excompañero señaló no era solo su carácter afable lo que lo hacía destacar, sino también su gran preparación intelectual. "Era una persona con mucha cultura. Leía mucho”.

Su excompañero señaló no era solo su carácter afable lo que lo hacía destacar, sino también su gran preparación intelectual. "Era una persona con mucha cultura. Leía mucho”.

A medida que crecía, empezaba a madurar y en el Politécnico Lic. Víctor Estrella Liz (La Perito) hizo su bachiller en literatura.

“Es que leía demasiado, le ganaba a los profesores, era un adicto al libro”, dice su hermano.

En este plantel aprendió y decidió lo que quería ser: Periodista.

Ya adulto, formó parte del Partido Comunista Dominicano (PCD) y viajaba a países europeos para participar en federaciones democráticas.

Cuando Orlando llegó a casa, Sergio quería estar cerca de su hermano y compartían la misma habitación, pero esta, incluyendo la cama, estaba llena de libros. Esto Sergio lo recuerda con mucha felicidad.

“Eso era su alimento, porque de por sí no comía mucho, sino de a poquito”, dice.

Le gustaba el arte

A pesar de su timidez, le gustaban los artistas y el arte, “lo expresaba y lo ponía en manifiesto”, dijo su amigo el periodista Joseph Cáceres al Listín.

“Orlando se sentaba en una mecedora, oyendo música de Joan Manuel Serrat, música clásica, esa música le encantaba a él”, añadió su hermano en contraste.

Sergio le ha escrito muchas canciones a su hermano y se ha encargado de mantener vivo su legado a través del Museo Orlando Martínez en San Juan de la Maguana.

Sentimientos tras resolución del caso

Orlando, a sus 30 años, era un hombre muy preparado que asumió la responsabilidad de entregar su energía y pluma al beneficio de la nación, haciendo de su vida una de servicio.

Sergio contó que hubo un momento en que la gente sintió cierta conformidad y alegría, porque habían detenido a los responsables del crimen. Sin embargo, esa satisfacción era incompleta, ya que solo atraparon a quienes lo ejecutaron, pero no a quienes realmente lo ordenaron.

Tags relacionados