Sector La Vieja Barquita, entre la basura y el olvido
Los terrenos que antes eran la base de cientos de viviendas a orillas del río Ozama y que desde 2016 sus ocupantes fueron desalojados para transformarlos en un parque ecológico fluvial, actualmente se han convertido en un baúl de basura, delincuencia y descuido.
El estrecho camino que marca el recorrido para visualizar las más de 6,400 plantas, de 23 especies diferentes que se han sembrado, según la Unidad Ejecutora para la Readecuación de la Barrios y Entornos (URBE), conduce más bien por montañas de desechos sólidos cuya pestilencia anuncia su proximidad.
“El camión dura muchísimo para pasar”, “eso no pasa por aquí” o “solo la recogen cuando la pila está muy alta”, son algunos de los testimonios de residentes que desde sus casas vieron como hace casi seis años se derribaron las viviendas de sus vecinos para hacer lugar al parque.
El proyecto, que es parte del programa para la readecuación del referido sector de Santo Domingo Este, pretendía “mejorar la calidad ambiental del entorno del Parque, mediante planes de gestión de residuos sólidos”, así como otros aspectos., tal como figura en el portal digital de la entidad estatal.
Sin embargo, el objetivo de readecuar el manejo de la basura se ha desvanecido con el paso del tiempo.
Descuido
Demetrio Laureano, quien precisó que tiene más de 40 años residiendo en la zona, manifestó que en los primeros meses de la reforestación se veía con frecuencia a miembros de las entidades del orden recorriendo y cuidando el área.
“Pero eso fue hace mucho, ya tu vez como es que esta ahora”, agregó.
Mientras se mojaba los pies en una de las corrientes de agua que brota de los alrededores del Ozama, Demetrio señaló que solo “aparecen si se ponen a hacer casas. Ellos vienen y las tumban de una vez”.
Asimismo, indicó que para recoger los desechos tardan hasta 15 días en llegar al lugar.
Darianny Matos, también comunitaria, dijo que es “norma” ver gusanos rondando por las fundas acumuladas.
Sumado a las dificultades en la recogida de los residuos sólidos, los lugareños también deben lidiar con los actos delictivos que han tomado al parque como escenario principal.
“Bajan en motores y los atracan por ahí. Después de las siete no se puede andar por ahí”, expresó Darianny.
Otros agregaron que salen en auxilio de las víctimas e incluso instan a tomar otros caminos a quienes transitan por el lugar.