"Monster: The Ed Gein Story", Ryan Murphy y Charlie Hunnam humanizan el origen del monstruo moderno

El resultado es una temporada en Netflix que se mueve entre el biopic, la ficción histórica y el comentario meta sobre el propio género. Es, al mismo tiempo, una historia de monstruos y una crítica a nuestra fascinación por ellos

Charlie Hunnam en "Monster: The Ed Gein Story" (2025) se inspira en los crímenes de Ed Gein, "el “carnicero de Plainfield", detenido en 1957. Ahora su historia será conocida gracias a la serie que Netflix.

Charlie Hunnam en "Monster: The Ed Gein Story" (2025) se inspira en los crímenes de Ed Gein, "el “carnicero de Plainfield", detenido en 1957. Ahora su historia será conocida gracias a la serie que Netflix.NETFLIX

En la tercera entrega de la antología Monster, Ryan Murphy vuelve a los cimientos del horror estadounidense. Después del éxito de Dahmer, el creador de American Horror Story mira hacia atrás -a los años cincuenta, a la soledad de un hombre en Wisconsin- para reconstruir el mito de Ed Gein, el asesino que inspiró Psycho, The Texas Chainsaw Massacre y The Silence of the Lambs. 

Más allá del morbo, "Monster: The Ed Gein Story", en Netflix, propone una reflexión sobre cómo la cultura convierte el horror en mito y el mito en espejo.

“Gein es el punto de partida de todo”, explicó Murphy en una entrevista reciente a la que Listín Diario tuvo acceso. 

“Antes de él, el monstruo tenía colmillos. Después, tenía un rostro humano. Lo que me interesa no es el crimen, sino lo que dice sobre nosotros”, agregó.

El creador del horror y su nueva obsesión

Murphy ha convertido el true crime en una herramienta para explorar la moral de su país. En esta nueva temporada, evita la espectacularidad del crimen para concentrarse en el aislamiento, la represión y la enfermedad mental.

“No queríamos más sangre”, dijo. “Queríamos entender el contexto que hizo posible a Ed Gein: una América rural, religiosa, reprimida y llena de secretos.”

Ambientada en el corazón del Medio Oeste durante la posguerra, la serie se adentra en la granja donde Gein vivió con su madre Augusta, una fanática religiosa cuya figura definió su psique. Allí, el horror no estalla de inmediato: germina.

"Monster: The Ed Gein Story" no se construye desde el escándalo, sino desde el silencio, en esos espacios donde la soledad y la fe se mezclan hasta volverse destructivas.

Murphy describió al personaje como “el primer incel de la historia moderna”. Un hombre incapaz de conectar con los demás, atrapado entre la culpa y el deseo, que acaba buscando amor en la muerte. 

“No se trata de justificarlo, sino de entender cómo la represión puede deformar a alguien hasta volverlo irreconocible”, explicó el creador.

Charlie Hunnam, Laurie Metcalf y Suzanna Son encabezan el elenco de la historia real de Ed Gein, el asesino y profanador de tumbas que sirvió como inspiración para muchos de los villanos más macabros y emblemáticos de Hollywood.

Charlie Hunnam, Laurie Metcalf y Suzanna Son encabezan el elenco de la historia real de Ed Gein, el asesino y profanador de tumbas que sirvió como inspiración para muchos de los villanos más macabros y emblemáticos de Hollywood.NETFLIX

Charlie Hunnam: “Mi trabajo no era imitar al monstruo, sino al hombre”

El papel de Ed Gein recae en Charlie Hunnam, quien ofrece la interpretación más contenida de su carrera. Lejos de la brutalidad física o la caricatura, su Gein es un hombre frágil, casi infantil, cuya mente se desmorona a medida que la culpa lo devora.

“Mi trabajo no era imitar al monstruo, sino al hombre”, comentó Hunnam. “Quise entender su soledad, su confusión. No desde la empatía fácil, sino desde la tristeza.”

El actor estudió los expedientes médicos originales de Gein y escuchó las grabaciones del asesino. A partir de ahí construyó una voz temblorosa y frágil, casi una súplica. 

“Cada palabra de Ed sonaba como si hablara con su madre, incluso cuando ya no estaba viva”, añadió. “Su tono tenía que reflejar esa dependencia eterna”.

La interpretación es física y emocional: hombros encogidos, mirada perdida, silencios que pesan más que las palabras. 

Hunnam evita la explosión; opta por el derrumbe lento. El resultado es una actuación que humaniza sin absolver, que perturba porque muestra el dolor detrás del crimen.

Laurie Metcalf y el terror de la maternidad

En el papel de Augusta Gein, la madre dominante, Laurie Metcalf ofrece una de las actuaciones más intensas de la serie. 

Su Augusta es una mujer religiosa hasta la crueldad, convencida de que el mundo exterior es pecado. “No hay necesidad de gritar cuando la fe te da poder”, dice en una escena. Esa fe es el veneno que alimenta toda la historia.

Augusta no solo forma el carácter de su hijo, sino que lo condena a repetirla. Su presencia domina incluso después de muerta, y la serie convierte esa voz ausente en una presencia tangible, como un eco constante en la cabeza de Ed.

Metcalf representa el lado más perturbador del fanatismo: la devoción que se vuelve castigo. Su personaje es la raíz del trauma, la semilla del monstruo, y la interpretación logra lo que pocas madres del cine de terror han alcanzado: comprensión y horror a la vez.

“You’re the one that can’t look away.” Monster: The Ed Gein Story, only on Netflix October 3rd.

Watch on Netflix: https://www.netflix.com/title/81783094

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MONSTER: The Ed Gein Story | Official Trailer | Netflix
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The shocking true-life tale of Ed Gein, the infamous murderer and grave robber who inspired many of Hollywood's most iconic on-screen killers. Video

MONSTER: The Ed Gein Story | Official Trailer | Netflix


Entre lo histórico y lo cinematográfico

Uno de los mayores logros de esta temporada es su estructura meta-cinematográfica. Murphy y los guionistas integran dentro de la historia a figuras reales como Alfred Hitchcock (interpretado por Tom Hollander), Anthony Perkins (Joey Pollari) y Robert Bloch (Ethan Sandler), el autor de Psycho. También aparecen Vicky Krieps como Ilse Koch, la criminal nazi que obsesionaba a Gein, y Suzanna Son como Adeline Watkins, la única persona que intenta entenderlo antes de su caída.

Lejos de funcionar como cameos, estos personajes sirven para conectar la historia de Gein con la del cine que lo inmortalizó. 

En una de las mejores secuencias, Hitchcock y Perkins discuten sobre cómo representar la locura en pantalla, mientras en paralelo Gein desentierra los restos de su madre. 

“Quisimos mostrar el momento en que la realidad se convierte en ficción”, explicó Murphy. “Cómo el horror real alimenta al arte, y el arte, a su vez, perpetúa el mito.”

El resultado es una conversación entre el cine y su sombra. Monster: The Ed Gein Story dialoga directamente con las películas que el asesino inspiró: el blanco y negro de Psycho, la crudeza documental de The Texas Chain Saw Massacre, el silencio incómodo de The Silence of the Lambs. Pero también con el presente, en el que el true crime se ha vuelto un género de consumo masivo.

Más allá del protagonista

Murphy amplía el enfoque más allá de Ed Gein para mostrar la red que lo rodea. Lesley Manville interpreta a Bernice Worden, la víctima cuyo asesinato reveló los crímenes; Robin Weigert encarna a Enid Watkins, vecina y testigo del deterioro de la familia; y Tyler Jacob Moore da vida al sheriff Schley, el hombre que destapa la historia y se convierte en símbolo de la negación colectiva.

Estos personajes, más que secundarios, funcionan como representación de la comunidad: una sociedad que prefiere no mirar, que considera el horror un rumor, no una advertencia. En ese sentido, la serie no trata solo de un asesino, sino de un pueblo que eligió el silencio.

“El monstruo no nació en un vacío”, señaló Murphy. “Fue producto de un entorno donde la represión y la ignorancia se convirtieron en rutina”.

Un estudio sobre la soledad y la salud mental

Lejos del sensacionalismo, "Monster: The Ed Gein Story" se enfoca en el deterioro psicológico. Gein, internado por décadas en un hospital psiquiátrico, se convierte en símbolo de una sociedad que prefiere encerrar el problema antes que comprenderlo.

Hunnam interpreta esa desconexión con una melancolía que lo separa de los asesinos clásicos del cine. Su Gein es un hombre que busca afecto y solo encuentra muerte. 

El guión vincula su aislamiento con el presente: hombres solitarios, alienados, incapaces de procesar sus emociones.

Murphy lo resume así: “Ed Gein fue un espejo de su tiempo, pero también del nuestro. Cambiaron los medios, no la soledad”.

La serie subraya esa idea en cada detalle: los objetos domésticos convertidos en fetiches —una lámpara, una cortina, una silla—, las habitaciones donde el silencio es más opresivo que el grito, la fotografía que alterna luz pastoral y penumbra claustrofóbica. Es el mismo truco que Hitchcock usó en Psycho: hacer del hogar un escenario de horror.

El horror como espejo cultural

Más allá de los crímenes, "Monster: The Ed Gein Story" es un ensayo audiovisual sobre cómo el arte transforma el miedo. Al incorporar personajes como Hitchcock, Perkins y Bloch dentro de la narración, Murphy no solo rinde homenaje al cine clásico, sino que revela su deuda con el horror real.

El resultado es una temporada que se mueve entre el biopic, la ficción histórica y el comentario meta sobre el propio género. Es, al mismo tiempo, una historia de monstruos y una crítica a nuestra fascinación por ellos.

“Nos gusta pensar que miramos estas historias por curiosidad”, reflexiona Hunnam. “Pero la verdad es que miramos para entendernos. Todos tenemos algo de Ed Gein: soledad, miedo, necesidad de amor.”

El monstruo y su reflejo

Con Monster: The Ed Gein Story, Ryan Murphy entrega su obra más ambiciosa dentro del true crime. No es un relato sobre el crimen, sino sobre el contexto; no sobre la violencia, sino sobre la construcción del mito.

El guión, las actuaciones y el diseño visual componen una obra hipnótica, densa, pero extrañamente emotiva. Charlie Hunnam ofrece la interpretación más introspectiva de su carrera, mientras Laurie Metcalf da vida a una figura materna que ya pertenece al canon del horror.

La serie no busca redención ni escándalo: busca comprensión. Y en esa búsqueda, lo que emerge no es solo el retrato de un asesino, sino el reflejo de una cultura que sigue fascinada con sus propios monstruos.

Porque si algo deja claro esta temporada es que el verdadero horror no está en los crímenes de Ed Gein, sino en la mirada de quienes, décadas después, seguimos encontrando en él una forma de reconocernos.

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Rubén Peralta Rigaud

Crítico de cine