Poder y democracia saludable
El presidente Luis Abinader inicia hoy su segundo cuatrienio como jefe del Estado, pero esta vez con un poder político sin precedentes en la historia reciente del país.
Con una mayoría absoluta en el Congreso Nacional, el PRM y sus aliados controlan 29 de los 32 senadores y 147 de 190 diputados, lo que otorga al gobierno la capacidad de avanzar en sus propuestas y reformas con escasa oposición parlamentaria.
Esta situación le permite al presidente Abinader tener una posición privilegiada para impulsar los 12 proyectos de reformas estructurales que prometió en su campaña.
A pesar de este vasto poder, es alentador que el presidente haya manifestado su intención de administrarlo con prudencia.
Gobernar con una mayoría tan sólida requiere no solo responsabilidad, sino también sensibilidad hacia los diversos sectores de la sociedad dominicana, para asegurarles que puedan expresar sus preocupaciones y participar en la toma de decisiones.
La democracia se fortalece cuando las voces disidentes y las minorías tienen un espacio para ser escuchadas, incluso cuando un solo partido controla el poder legislativo y municipal.
Es indispensable que el gobierno mantenga los canales abiertos al diálogo y a la búsqueda de consensos, tanto con la oposición como con los sectores sociales y económicos.
La concentración de poder no debe convertirse en un vehículo para el monopolio de las decisiones, sino en una oportunidad para construir un futuro compartido.
Deseamos al presidente Abinader que tenga éxito en sus esfuerzos por construir consensos en un horizonte internacional complejo y cargado de incertidumbres debido a las guerras y otras amenazas globales.
La República Dominicana ha demostrado ser un ejemplo de estabilidad política en América Latina, y es esencial que continúe por ese camino, viviendo en democracia, paz social y crecimiento económico.
El éxito de estos cuatro años dependerá no solo de la habilidad del presidente para implementar sus reformas, sino también de su capacidad para gobernar con la inclusión y participación de todos los sectores.
Esa es la esperanza nacional: que el presidente Abinader ejerza este relevante poder político con sabiduría y al servicio de la democracia y el bienestar de la nación.
