CARTA DEL EDITOR

¿Sabes cuál es tu propósito en la vida?

A muchos de nosotros el tiempo nos hace más espirituales. Quizás se deba al contacto más directo que tenemos con la muerte o, tal vez, a que las vivencias nos hacen madurar interiormente. Creo que más o menos por ahí es que anda el asunto. Está más que comprobado que el ser humano está creado para no satisfacerse nunca. Llega a un punto en que nada físico le llena. Es ahí cuando opta por revestirse de espiritualidad. En algún momento de nuestra existencia hemos herido a los demás con tal de lograr una meta, pero luego de haberla obtenido, comprobamos que el placer era mucho menor de lo que imaginábamos. Cuando tenía unos 10 u 11 años jugaba “bolas” o “bellugas” y me puse como misión llenar un galoncito de aceite de carro con ellas. Después de mucho trabajo y, de vez en cuando, hasta con algunas trampitas, lo logré. Pero siempre quería más, por lo que seguí, seguí y seguí acumulándolas hasta convertirme en el niño con más bolas en toda mi calle. Por fortuna, el júbilo de haber logrado la hazaña duró muy poco. Eso me hizo decidirme a donar mi “tesoro” a otros niños con menos “puntería” y habilidades que yo. La sensación “dar por gracias lo que por gracias recibí” fue muy buena y me hizo subir un escalón más en mi crecimiento espiritual. Con esa edad pude entender todo eso. Así fui creciendo interiormente y en el aspecto emocional, aunque no tanto en lo que se refería al plano económico. No es que esa lección de vida me hiciera adorador de la pobreza ni nada que se le pareciera, por el contrario, trabajo mucho para mejorar mi situación cada día, pero me enseñó a comprender que Dios nunca me dejará mendigar pan y no caeré en la tensión social de sentirme un perdedor porque, a la vista de los demás, no he logrado amasar una cuantiosa fortuna. No critico al que piensa que su propósito en la vida es convertirse en una máquina de hacer dinero o ser la adoración de un grupo de seguidores que lo venere hasta que llegue otro a ocupar su lugar. A mi particularmente, auque todavía no puedo decir a ciencia cierta que sé cual es mi propósito, el Creador me ha hecho entender que va más allá de todas esas cuestiones materiales. Dios los ilumine a todos.

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