“Recuerdos de Afganistan”, de José Báez Guerrero

No creo que José Báez Guerrero pertenezca a determinado grupo o a una corriente literaria nacional o foránea. Ni por los temas qua aborda ni por el ulular de su discurso. Tampoco es un escritor independiente, de esos que salen con chispazos cuando las manecillas del reloj avanzan a velocidades asombrosas. Su obra literaria es un panorama distinto dentro de las letras dominicanas. Sus libros siempre llaman la atención por la forma peculiar de acercar la erudicción a la masa de lectores.

Con su firma acaba de salir un nuevo poemario, “Recuerdos de Afganistan”. Para su disfrute, el lector no lo encasillará por su título. Afganistan aquí significa una lejana referencia, un punto de partida para reunir memorias, reflexiones, puntos de vistas, ensayos y criterios que invitan a retomar la pasión por la lectura y el conocimiento.

Aquí transcurren temas humanos. Sus metáforas esconden mensajes importantes para mejorarnos. Sus imágenes saben construir puentes de belleza que ensartan noches con días y mares con bosques.

Junto a versos libres y rimados, fotos, dibujos, ilustraciones, pie de fotos, comentarios al margen, índice y prologo incluido a manera sorpresiva en un sitio premeditado dentro del texto, transitan ideas, ideales y emociones que presentan el rostro del conocimiento.

Cada texto posee su propio aire, y su dimensión auténtica. La importancia del pensamiento propio y del cultivo del saber son elementos incluidos de manera descarnada. No es, y valga la redundancia, un tomo para eruditos, sino el pretexto de rendir tributo a las raíces de un país que, como la República Dominicana, supo crecer guiado por la palabra y el decir de sus mejores escritores.

“Recuerdos de Afganistan” es un derroche de sabiduría. Pero también un necesario aliento para seguir creyendo en la importancia de nuestros auténticos valores.