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Evolución de las corrientes ajedrecísticas: de Ruy López a los millenials

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Nelson Pinal Borges, MI & FIDE TrainerSanto Domingo

En el siglo XIV, cuando el Ajedrez alcanza gran difusión y popularidad en Europa, se comienza a elaborar empíricamente por diversos jugadores una teoría acerca del juego. Poste¬riormente con la invención de la imprenta el desarrollo el juego recibió un impulso considerable y surgieron por entonces destacados escritores.

Marcó un hito importante en la historia de la bibliografía ajedrecística, la aparición del libro Repetición de amore e arte de axedrez del español Luis Ramírez Lucena en el año 1497. Lucena en su libro intentó ofrecer no obstante sus limitados conocimientos acerca del Ajedrez diversas ideas relacionadas con la teoría de las aperturas. Su papel como investigador del juego fue muy importante ya que marcó una pauta a seguir en un mundo lleno de posibilidades por explorar y en el que se adentraron además otros escritores españoles, portugueses e italianos.

Ya por el año 1561, se publica en España el trascendental Libro de la invención liberal y arte del juego de axedrez del cura Ruy López de Segura, el cual es considerado por algunos tratadistas como el verdadero fundador de la Teoría moderna del Ajedrez.

Por esa época surge la Escuela Italiana, que se inicia con¬juntamente con el Renacimiento. El principal aporte de esta corriente fue descubrir y saber mostrar la belleza del juego, considerándolo más allá que un juego de guerra. Desde el punto de vista técnico el objetivo fundamental de esta corriente era matar al Rey adversario mediante ataques demoledores previo desarrollo activo de las piezas y sin considerar en su justa medida la importancia de los peones. Los exponentes más sobresalientes de esta Escuela (precursora de la Escuela Romántica) fueron Leonardo Da Cutri 1542/1587 ; Paolo Boi, el Siracusano 1528/1598 y Gioachino Greco, el Calabrés 1600/1634 .

Posteriormente siguió una época de calma en el mundo del Ajedrez, sólo interrumpida por la célebre colección de finales y problemas del árabe Stamma 1737 , hasta que aparece en la escena europea el insigne ajedrecista francés A. D. Philidor 1726/1795 .

En la época de Philidor se consideraba todo conocimiento humano como producto del desarrollo científico y se aplicó esos mismos conceptos al Ajedrez. Él analiza el juego desde un punto de vista nuevo, estableciendo leyes que lo vincula¬ban con otras ciencias. Su obra Anályse du jeu des eschecs publicada en 1749 basó su teoría en la importancia de la marcha racional y metódica de los peones. Manifestó que los peones eran el alma del Ajedrez y también demostró diversos métodos para atacar las posiciones sólidas del contrario mediante la avalancha de peones que servían de apoyo y escudo a las piezas mayores. Desde el punto de vista de J. R. Capablanca, el aporte de Philidor fue decisivo en la evolución histórica de la teoría del Ajedrez.

Otros jugadores marcaron pautas en el desarrollo de las ideas del Juego Ciencia con posterioridad a Philidor. Uno de ellos fue el también francés La Bourdonais 1795/1840 , quien elaboró una teoría relacionada con la importancia del desarrollo armónico y la necesidad de impedir que el contrario se fortaleciera en las casillas centrales desde donde podía multiplicar el dinamismo de las piezas. Enmanuel Lasker llamó a La Bourdonais "el padre del plan más importante del juego: el dominio del centro.

Posteriormente surgió el jugador norteamericano Paul Morphy 1837/1884 , que supo tomar en sus manos las ideas de La Bourdonais y les dió un nuevo impulso. Aunque Morphy no concebía los ataques mediante las avalanchas de peones que preconizaba Philidor, sí fue un fiel partidario de la ocupa¬ción central y la rápida disposición de sus piezas en el centro del tablero.

El ciclo iniciado con Philidor se cerró con la aparición de las teorías de Wilhelm Steinitz Praga, 1836/1900 . Este jugador sintetizó muchas de las ideas de sus antecesores y las remodeló, creando las bases de la Escuela Moderna o de Posición.

El viejo Ajedrez del flanco Rey cedió a nuevas ideas. Stei¬nitz demostró que no se podía dar mate de inmediato o tan fácilmente ante una defensa segura y que era necesario preparar las piezas, acumular pequeñas ventajas en el desarrollo, ganar espacio, etc. y luego atacar al Rey. Por otra parte, con Steinitz fue descubierto el Flanco Dama y su valor en la lucha total. La importancia de los peones, algo olvidada por Morphy, volvió a renacer. Los conceptos intro¬ducidos por Steinitz mostraron la superioridad de la Escuela Moderna sobre todas las corrientes anteriores y sus aportes convirtieron al juego en un arte mucho más hermoso e in¬teresante.

Fueron abanderados de esta nueva corriente los alemanes Enma¬nuel Lasker 1868/1941 y Siegbert Tarrasch 1862/1934 ; Este último sistematizó, escribió y difundió en varios libros las teorías de la Escuela Posicional de Steinitz. El lado negativo de esta Escuela es que el nivel de riesgo es bajo y se llega a posiciones

El genial cubano José Raúl Capablanca 1888/1942 , aunque siempre estuvo por encima de las corrientes dogmáticas contemporáneas, también fue un seguidor de la Escuela de Steinitz, la cual le infundió el carácter de unidad entre las tres partes que comprenden una partida de Ajedrez: apertura, medio juego y final.

Unos años después de consolidarse las ideas de la Escuela Posicional surgieron nuevos conceptos con la corriente Hipermoderna, con sus máximos representantes el checo Richard Reti 1889/1929 ; Arom Nimzowitsch, Riga 1886/1935 el ruso francés A. Alekhine 1892/1946 y el polaco S. Tartakower 1887/1954 .

Los hipermodernistas practicaban un Ajedrez más enérgico, combinando lo posicional con un juego agresivo y con criterios de la iniciativa totalmente nuevos otorgando a la apertura un valor de primera magnitud estimado que era necesario la búsqueda de la iniciativa desde el primer momento de la lucha. Los fundamentos que respaldaban la práctica de estos nuevos sistemas se basaban en las ideas de que el centro de peones se podía atacar desde los flancos, y que por lo tanto la ocupación de las casillas centrales no era un elemento tan necesario como se estimaba hasta entonces..

Las concepciones de la corriente hipermodernista revitalizaron la teoría del Ajedrez, con ideas que conllevaron al surgimiento de nuevas aperturas y defensas. Hicieron su aparición la Defensa Alekhine, la Apertura Reti Zukertort y los sistemas Indios, entre otros.

En el transcurso de pocos años de haberse puesto de moda la Escuela Hipermoderna, apareció una nueva corriente que sintetizó las ideas de todas las anteriores y que además hizo nuevos aportes al desarrollo de la teoría del Ajedrez: la Escuela Soviética.

Esta escuela, nacida de la cobinación dialéctica de arte, ciencia y deporte, tomó todo lo mejor de la herencia de las corrientes que le precedieron concibiendo al jugador como un deportista integral que debe estudiar y dominar la técnica del juego y al mismo tiempo prepararse física y psicológicamente.

El padre de esta Escuela, el excampeón mundial Mijail Botvinnik, asombraba a los expertos con la severidad que abordaba el régimen del torneo, la conducta estrictamente deportiva que mantenía durante la preparación y la celebración de las competencias y la profundidad con que analizaba la psicología del enemigo en cada partida. Todo esto era nuevo para los ajedrecistas de la vieja generación, que dedicaban poca atención al aspecto deportivo de la preparación del ajedrecista. Botvinnik ejerció una decisiva influencia en el desarrollo de la ciencia soviética del Ajedrez.

En la actualidad el ajedrez de la mano de la cibernética ha roto algunos esquemas de escuelas anteriores y se juega a un ritmo muy dinámico y con un nuevo aprendizaje en la teoría de las aperturas basado en programas de computación que han limitado la intuición y la creatividad del jugador, por lo que podríamos afirmar que estamos en presencia de una nueva corriente ajedrecística, cuyo máximo exponente es el campeón mundial, el millenials Magnus Carlsen.