EL DOCUMENTAL DOMINICANO
La nueva cosecha
Las nuevas generaciones de cineastas dominicanos no buscan la taquilla irresponsable y populista, sino que estudian, investigan, buscan historias y las enfrentan con alto nivel profesional.
El cine sirve en muchos casos como forma de renovación y, por supuesto, República Dominicana no se queda atrás. La mayoría de los cineastas que participan en esta serie concuerda en que una gran cantidad de los documentales que se realizan cada año en el país pertenece a jóvenes.
En esta ocasión, algunos de los directores y productores que realizan cine documental ofrecen su opinión sobre este género del séptimo arte y las proyecciones que albergan para el futuro.
Carmita Los directores Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas han ganado su espacio en la cinematografía nacional e internacional con trabajos como “Dólares de Arena” y “Jean Gentil”. Con su documental “Carmita” (2013) pasan a formar parte de los cineastas de la nueva generación que se han adentrado en este género.
Ambos consideran que más que formación académica hace falta curiosidad para buscar las historias y enfrentarlas. La pareja agrega que también hay que tener en cuenta que el documental tiene un camino solitario.
“Una característica del documental es que la voz del director tiene un rasgo de honestidad, de sinceridad, no te está tratando de engañar de inicio”, aseguran Guzmán y Cárdenas. “Es otra posición radicalmente diferente a lo que se percibe cuando se trata de ficción, donde todo está armado para engañar al espectador, hacerlo creer algo que no es”, añaden los productores. En cuanto al cine dominicano opinan que los documentales generan información y de alguna forma dejan ver rasgos únicos de una cultura en particular. A veces sus tradiciones y costumbres.
“Es necesario observar alrededor para entender y entendernos. Por otro lado siempre es valioso tener un registro, al cabo de los años”, afirma Guzmán.
Tú y yo Los productores Natalia Cabral y Oriol Estrada aseguran que realizaron el documental “Tú y yo” (2014) gracias a muchos sacrificios personales. Por tal motivo, afirman que más allá de si se tiene preparación o no en esta profesión hay que trabajar duro.
“Lo que creemos necesario es la existencia de una férrea voluntad por hacer una película. Es cierto que una formación ayuda, pero hay otros factores que importan, como el hecho de tener mucha curiosidad por el mundo e interés por aprender, y claro está que también influye la suerte, los contactos, o quién es tu familia”, indican los cineastas.
Estos jóvenes consideran que en el país han surgido propuestas de apoyo a los documentalistas. Entre ellas la iniciativa Sparring Partners, el Fondo para la Promoción Cinematográfica (FONPROCINE) y el Festival de Cine Documental de República Dominicana y el Caribe (RDoc).
“Nos parecen grandes oportunidades, que deseamos que continúen, se fortalezcan y se multipliquen. La diversidad de miradas sobre la realidad es fundamental en una época influenciada por el audiovisual y en donde la creación y exhibición de estas imágenes en movimiento son creadas por compañías que controlan el mercado audiovisual en todo el mundo”, comentan.
Tanto para Oriol como Natalia, los documentales enriquecen el cine criollo porque permiten ver la manera de ser de los dominicanos, siempre desde un punto de vista subjetivo.
Para estos directores trabajar con imágenes de lo real genera una memoria colectiva, espacios de reflexión, y ócomo en toda películaó se ofrece entretenimiento y momentos de empatía.
Merengue Para la periodista Anyeli Suarez óproductora del documental “Y nació el Merengue” (2006) ó aunque no debe pasarse por alto que el talento innato representa una fuerza que con disciplina y voluntad es capaz de producir obras meritorias, jamás debe desdeñarse la importancia de la formación. Esto debido a que géneros como el documental poseen unos principios básicos que, enseñados por expertos, mejoran la visión de los estudiantes de ese tipo de realización audiovisual.
“La Dirección General de Cine ha puesto mucho empeño en brindar apoyo al documental dominicano. Pienso que debido a distintos tipos de limitaciones, este apoyo parece que amerita un mayor empuje que, estoy segura, habrá de producirse más temprano que tarde, y que no debería circunscribirse a la DGCINE, sino también al sector privado y otras instancias”, manifiesta Suárez.
De acuerdo a Suárez, la producción de documentales en el país ha ido acorde con el desarrollo cinematográfico de los últimos 50 años.
“Los documentales ya emblemáticos de René Fortunato, igual que los de Claudio Chea, Peyi Guzmán, Juan Deláncer y Martha Checo y jóvenes talentos como Tabaré Blanchard y Melvin Durán junto a otros no tan conocidos han conformado un conjunto que no por ser poco extenso ha dejado de ser demostrativo de calidad”, indica la productora.
Cocolos Al igual que Suarez, para la productora Ana Paula Reyes (ganadora del renglón documental en el concurso de la Fundación Global Democracia y Desarrollo en 2014 con “El Imperio de la Comida Cocola”) se hace necesario conocer los pasos esenciales para un documental y saber investigar.
“Un buen levantamiento de información, lectura intensiva y constantes entrevistas a personas conocedoras (profesionales o no) son la primera parte. Segundo, el conocimiento de los planos y movimientos cinematográficos”, asegura Reyes. “Si no se conocen los planos y movimientos, sus significados y propósitos, entonces no se puede lograr el mensaje último. Como tercero, el conocimiento del equipo. Como líder hay que saber delegar cargos y saber quiénes serán los indispensables para ayudar a producir el documental”, explica.
Según la joven este tipo de producción cuenta con apoyo de parte de las autoridades correspondientes, aunque considera como un problema la segmentación que existe en el género.
“El público que consume más cultura, es el que aprecia este arte. Existen festivales dominicanos de documental, donde traen a documentalistas extranjeros a dar charlas y muestran documentales internacionales sobre todos los temas”, manifiesta Reyes. “También la Dirección General de Cine apoya económicamente a los documentalistas, mediante concursos”, considera.
Ana Paula afirma que en este caso el apoyo económico no representa el problema.
(+) LA MAYORÍA DE EDAD DE LOS DOCUMENTALES DOMINICANOS 1) El Festival RDoc se promueve como el primer festival dedicado en exclusiva al cine documental en República Dominicana. Nace con el objetivo de “convertirse en el primer espacio de encuentro, difusión y competencia del cine documental en República Dominicana, y contribuir a desarrollar el cine documental como una herramienta de transformación cultural y social en la región caribeña”.
2) La iniciativa Sparring Partners busca “enriquecer las capacidades técnicas y profesionales de los jóvenes artistas videastas en Cuba, Haití y República Dominicana, fomentar su creatividad y ampliar el espectro de los espacios de difusión existentes para sus producciones audiovisuales, tanto al nivel local, como en el plano internacional”.
3) Los recursos del Fondo para la Promoción Cinematográfica (FONPROCINE) se destinan, entre otros propósitos, a “fomentar y estimular la producción y realización de obras cinematográficas dominicanas, así como la promoción y divulgación de la cinematografía nacional y las actividades relacionadas”.