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Responsabilidad social: cambios positivos para la sociedad

Al escuchar el término responsabilidad social puede llegar a la mente conceptos como: sostenibilidad, compromiso con la comunidad, medioambiente o reciclaje, sin embargo es más que eso.

En el mundo empresarial es la contribución al desarrollo humano, a través del compromiso y la confianza de la empresa hacia sus empleados y las familias de éstos, hacia la comunidad local y hacia la sociedad en general.

Su objetivo fundamental es que el impacto positivo que causan estas prácticas se traduzca en una mayor competitividad y sostenibilidad para las empresas, así como mejorar el capital social y la calidad de vida del entorno en donde operan.

Es la cuota social que las instituciones dan a la ciudadanía, independientemente de su tipo (individual, empresarial o pública), encaminan a generar cambios positivos.

Estrategia y compromiso

Con relación a este tema, la experta en Responsabilidad Social, Kirssys Abreú, asegura que esta práctica debe convertirse en una estrategia desde el alto mando, que esté alineada a los objetivos del negocio y que exista una firme convicción y compromiso de los beneficios que representa.

Es así entonces que se requiere que los directivos de las instituciones fomenten y se desempeñen con un código de ética, contribuyan a la calidad de vida dentro de la organización, propagan y ejecuten acciones para fomentar el aprendizaje, colaboren con el desarrollo sostenible, velen por la preservación del medio ambiente y logren propiciar un espacio laboral adecuado para sus empleados.

Impacto interno

Cuando una entidad adopta la responsabilidad social como parte de su filosofía y estrategia, genera una marca positiva.

Según Abreú, este accionar es un reflejo del comportamiento ético que posee la empresa respecto a los temas de impacto económico, social y ambiental, y toca de manera directa el público interno de una organización. Pues, no se puede ser responsables con la sociedad, si no se es desde dentro, con la gestión de sus recursos humanos, en algunos temas como salud, seguridad ocupacional, equidad, balance entre trabajo y vida.

Además, aumenta la productividad de sus colaboradores, aporta a la reputación de la empresa y representa un elemento diferenciador.

Una huella visible

Este compromiso que la entidad asume con la sociedad incide en su reputación, preservación de la imagen y desarrollo de marca, genera credibilidad y confianza en los ciudadanos. Pero lo más importante, según Xavier Vélez y Evelyn Cano en el libro “Los diferentes tipos de responsabilidad social y sus implicaciones éticas”, es que, estas empresas impactan positivamente a la ciudadanía y su entorno, contribuyendo al desarrollo económico sostenible y a la comunidad local.

En este sentido, María Luisa Montás, experta en comunicación y docente de Mercadeo y Negocios Internacionales, explica que la responsabilidad social beneficia tanto al público interno y externo, permea la reputación empresarial, aporta valor diferenciador y fideliza a los clientes.

Lo fundamental como entes sociales es preguntarnos cuáles acciones podemos ejercer como individuos, y desde las empresas que somos parte, para lograr una sociedad más justa y sostenible.

Bienestar de tu gente

En el libro “Los valores éticos en la responsabilidad corporativa”, de Begoña Gómez y Rocío Martínez, explica también que esto se refleja en el bienestar de los colaboradores, quienes se sienten integralmente satisfechos cuando pertenecen a una empresa que aporta a su entorno. Además, se fomenta una relación colaboradores –jefes, amena, cercana y productiva.