¿QUIÉN EDUCA AL PUEBLO?
Ansiedad y depresión: males del siglo
El panorama epidemiológico de los trastornos mentales y problemas psicosociales es vasto y complejo. Según la Organización Panamericana de la Salud, una de cuatro personas, sufrirá un trastorno mental a lo largo de su vida, es decir un 25% de la población. Una de cuatro familias tiene en su seno, al menos, uno de sus miembros, con algún tipo de trastorno mental.
Y observamos con profunda preocupación que la salud mental está siendo amenazada por el incremento de los problemas psicosociales que atentan contra la convivencia social, la armonía en la familia y el bienestar del individuo: la violencia intrafamiliar, social, la delincuencia y criminalidad, el abuso de sustancias, los embarazos en adolescentes, los ambulantes desprotegidos que viven a cielo descubierto en condiciones infrahumanas y la conducta suicida en adolescentes.
La salud mental no es detectable fácilmente por el mismo paciente, que muchas veces se hace de la “vista gorda”, e incluso sus familiares, porque es una condición que nadie desea tenerla. No es bien visto todavía en nuestras comunidades. Y no podemos olvidar que es la familia el primer ambiente donde se gestan estos males.
Nos preocupan nuestros jóvenes y adolescentes, porque el vacío que producen en sus vidas, los problemas psicosociales, los debilita en su voluntad y decisión a la hora de actuar.