Un papa con rostro humilde

La elección del cardenal Robert Francis Prevost como nuevo Papa representa un acontecimiento de honda significación para la Iglesia Católica universal.

Pero muy especialmente para la comunidad dominicana que lo conoció en persona y fue testigo de su cercanía, sencillez y vocación pastoral.

Prevost no es un desconocido para nuestro país.

Como Superior General de los Agustinos, visitó en dos ocasiones la República Dominicana y dejó una impronta de afecto y compromiso.

En 2005 celebró los 50 años de la presencia agustiniana en suelo dominicano y, en 2011, compartió intensamente con la juventud en el Encuentro Dominicano de Jóvenes Agustinos (EDOJA), al que dio sentido espiritual y ánimo misionero.

Su humildad, su manera directa y fraterna de acercarse a la gente, y su impulso constante al trabajo con los jóvenes revelan un liderazgo pastoral genuino, conectado con las realidades cotidianas de la fe y de la comunidad.

Hoy, al asumir la cátedra de Pedro, ese mismo rostro humilde y cercano al pueblo se proyecta como un signo de esperanza para una Iglesia que busca renovarse sin perder su esencia.

Nuestro país lo recuerda con cariño y oración, y acoge con gratitud este nuevo capítulo del catolicismo universal.

!Que Dios lo ilumine y lo fortalezca en esta trascendental misión!

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