Educación, música y disciplina
La música es una herramienta esencial de la pedagogía salesiana. Para Don Bosco la música y el canto eran un excelente modo para comunicarse con los jóvenes. Ya en los inicios de su actividad, en el oratorio, se organizaban grupos musicales y las bandas de música.
Además, es un recurso oportuno para entrar en relación con los jóvenes, y crear un ambiente cálido para hacer propuestas educativas. “El objetivo de la pedagogía salesiana no es formar músicos destacados, sino encontrar en el arte una herramienta para salvar vidas, disciplinado y educando”, sin descartar el desarrollo de los talentos.
La música y la disciplina están relacionadas en la educación de diversas formas; ya sea en el desarrollo de habilidades motoras y el cultivo de la autodisciplina o en la formación de una ética de trabajo. Aprender a tocar un instrumento musical contribuye a moldear el carácter y a disciplinar de la personalidad.
El docente de música tiene en sus manos un elemento magnífico para contribuir a satisfacer las necesidades de expresión que todo ser humano posee; serán las estrategias didácticas y metodológicas de la enseñanza de la música las que le permitan llevarlas a cabo. El propio ejercicio de ejecución musical favorece la autodisciplina y el control del movimiento para conseguir la acción. Este orden y autodisciplina, que genera el estudio musical, promueve la aparición de conductas de autocontrol y adaptación a las situaciones en el sujeto.
La música y especialmente las canciones infantiles, promueven el desarrollo auditivo, sensorial, del habla, motriz y social. Todos estos beneficios se logran a través del oído, la alfabetización, la expresión corporal y emocional del niño. Según la Revista Iberoamericana para la investigación y el desarrollo educativo, las canciones infantiles, son una forma de transmisión del conocimiento con mensaje lúdico.
Por ejemplo, “El ritmo de la disciplina” es una canción pegajosa y educativa que motiva a los niños a incorporar este hábito en su vida diaria. A través de una melodía alegre y letras inspiradoras, la canción inculca la importancia de ser constantes, organizados y perseverantes para alcanzar los sueños y ser mejores personas.
Existen intrínsecas relaciones entre la práctica de la música y el desarrollo conductual, cognitivo, terapéutico y el cambio de vida; por lo tanto, interviene en el desarrollo físico, intelectual, emocional y espiritual de la persona. Es una herramienta útil para individuos con dislexia, porque ayuda a mejorar las habilidades auditivas y de procesamiento temporal. La música, como factor relajante, reduce los niveles de cortisol (la hormona del estrés), induciendo una sensación de relajación.
La música ya no es apreciada solo como una asignatura. También se aplica como método de enseñanza que permite generar un ambiente diferente para los estudiantes, mientras realizan sus actividades de estudio o cuando se está impartiendo clases; logrando que el alumno aumente la comprensión de la información, concentración y la capacidad de memoria. La música refuerza la conciencia fonológica y el razonamiento lógico, facilitando el desarrollo del lenguaje y las habilidades cognitivas abstractas.