¿Señales de un nuevo comienzo en el INTRANT?

El estado crucial de la seguridad vial en la República Dominicana por ineficiencia de gestión gubernamental tocó fondo a la llegada del actual incumbente del órgano regulador de la movilidad con jurisdicción nacional por ley.

Quien encontró una caja de Pandora todavía por aclarar, pese a estar ya en los tribunales la cadena de conflictos suscitados en la contratación del proyecto de Modernización del Sistema de Control de Tránsito. Siguen pendientes las tantas interrogantes que dejó abierta el Dr. Leonel Fernández y su partido de oposición al denunciar irregularidades en el manejo del tema telemático.

Todo ese proceso perturbador que llevó al retraso el sistema de movilidad, en particular lo divido en tres fases de gestión.

El primero se refiere por supuesto al de contratación, por todo conocido, iniciado a la entrada del comunicador Hugo Beras al organismo rector y que concluyera con su salida forzosa.

La segunda fase, de la cual no se habla y que constituye un manto de misterios, como si no existiera o se ocultaran premeditadamente datos sensibles y determinantes. Y finalmente la que se refiere al proceso judicial en desarrollo.

El INTRANT por su lado marca un nuevo comienzo en su búsqueda de la credibilidad y confianza, a cuyo aspecto nos vamos a centrar. En ese sentido, su Director Ejecutivo Milton Morrison ha dado pasos que podrían marcar una diferencia con sus antecesores, pero así verse también políticamente en el filo de la navaja, por las grandes debilidades institucionales que padecen la institución y las leyes, las cuales debe identificar.

El Director del INTRANT ha comentado vagamente la firma de un pacto social por la seguridad vial, iniciativa que debió gestarse inmediatamente promulgada la Ley 63-17, conjuntamente con una jornada ampliada y sostenida de publicidad y de educación a todos los actores del sistema, creando una gran plataforma tecnológica, por tratarse del más hermoso y vital de los procesos para el mejoramiento de la seguridad vial.

El necesario compromiso social y político a través de un diálogo nacional lo hemos estado promoviendo desde el año 2005 ante los más altos estamentos de poder en nuestro país, tal como lo hemos hecho constar en múltiples documentaciones, algunas de las cuales publicadas en libros, artículos, cartas, en fascículos y hasta en simposios y en entrevistas, basándonos en experiencias internacionales, en especial de España, que publicara el denominado “Libro Verde”: Pacto Social por la Seguridad Vial en el 2007.

Invitamos a leer nuestro trabajo titulado “Leyes de Tránsito y Sociedad Dominicana” del 3 de octubre de 2008, (https://www.calameo.com/read/002347886

8b5f133f28ba).

Al punto que expresáramos en lo relativo a la mejora de la movilidad activa, lo siguiente: - Es responsabilidad del Gobierno Central convocar a los partidos políticos y a los demás colectivos de nuestra sociedad a un pacto de esta naturaleza para integrar a la Estrategia Nacional de Desarrollo este tema como un eje transversal a sus pilares, (DL.2/1/15), esto en vista del intento fallido por que se tomara en cuenta la seguridad vial en los debates antes de la aprobación de la Ley 01-12, en documento de julio 29 de 2011 dirigido por nosotros al Senador Félix Bautista, al fenecido a destiempo Presidente del Senado de entonces Reinaldo Pared Pérez y a la Vicepresidente Licda. Cristina Lizardo, sin que se tomara en cuenta nuestra propuesta.

A la sazón, reconocimos la falta de un marco legal, para poder llevar a cabo con efectividad una jornada del Pacto Nacional por la Seguridad Vial similar a las experiencias que tuvimos en materia de concertación efectiva en el 2010. En este caso, procurando conjurar la situación de calamidad en las vías públicas en todo el territorio dominicano, pero que trascendiera finalmente a convertirse en un tema de ESTADO, tal como lo señaláramos en el libro “Seguridad Vial en la República Dominicana. Hacia un Plan Nacional Integral” de abril de 2007.

Me animo a comentar lo anterior porque parece que estamos innovando al ignorar los antecedentes matizado por la falta de voluntad política.

Seremos los primeros en saludar los resultados y el esfuerzo de las autoridades si estas promesas de fortalecimiento institucional se convierten en realidad y no un falso intento de importantizar la movilidad segura al iniciarse un proceso de Enfoque de Sistema Seguro para revertir la compleja problemática del desplazamiento terrestre donde los personas debemos pasar a ser el centro de las politicas y las inversiones. A tres años del compromiso global de reducir a la mitad las víctimas de tránsito para el 2030, la evidencia de retrocesos visibles pudieran empezar a subsanarse al colocar el esfuerzo del diálogo anunciado por senderos luminosos y promisorios.

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