Sin dar gato por liebre

Más allá de las canas: cómo asegurar una vejez saludable para tu mascota

Florecita, una dulce perrita de raza papillon de 10 años, camina lentamente, mostrando las canas que acompañan su paso fatigado. Su dueña, quien comparte con ella la misma marcha pausada y un mechón de canas en la cabeza, este dúo humano-canino parece sacado de una película de Disney. Ambas llegan puntuales a la consulta veterinaria, reflejando la sincronía de una larga convivencia. La dueña, con una sonrisa cansada, me cuenta que ni ella ni Florecita han podido dormir bien últimamente. -"La tos de noche de Florecita es como un estruendo"-, comenta y agrega: - "nos despierta a las dos, y cada vez es más fuerte"-.

Al auscultar a Florecita, los signos revelan una enfermedad cardíaca causada por valvulopatía mitral y complicaciones de la hipertensión, agravada por una insuficiencia renal propia del paso de los años, Cuando le explico la situación a su dueña, esta se ríe y me dice: - “lo heredó de mí”. Entre bromas, me pregunta si Florecita puede tomar las pastillas que toma ella para la misma patología. A pesar de las similitudes en sus condiciones, ambas seguirán tratamientos diferentes, pero lo importante es que, con los cuidados adecuados, florecita durará muchos años más.

Este caso, aunque anecdótico, refleja una realidad muy común: al igual que los humanos, nuestras mascotas envejecen y enfrentan condiciones que requieren atención médica preventiva. El aumento en la esperanza de vida de las mascotas trae consigo una mayor prevalencia de enfermedades relacionadas con la vejez, como problemas cardíacos, insuficiencia renal, artritis, diabetes y cáncer.

De acuerdo al informe “Envejecimiento, inmunosenescencia e inflamación en perros y gatos”, publicado en la revista Journal of Comparative Pathology, “… con la edad, se observa un deterioro de la función inmune mediada por células”. La inmunosenescencia se refiere a los cambios que se producen en el sistema inmunitario a causa del envejecimiento y que afectan la inmunidad innata y adaptativa. Este proceso natural implicará unas necesidades físicas y psicológicas diferentes en la etapa sénior. Los animales de compañía en esta etapa necesitarán que adaptemos su alimentación a su condición, así como más tiempo de descanso y garantizarles una estimulación física y emocional acorde a sus biorritmos

Detectar para Prevenir

Aunque muchas veces asociamos los chequeos veterinarios con vacunas o enfermedades de corto plazo, las visitas regulares al veterinario durante la etapa geriátrica son cruciales. A partir de los 7 años en los perros (dependiendo de su tamaño y raza) y de los 10 en los gatos, es recomendable que los chequeos sean más frecuentes, al menos dos veces al año.

El caso de Florecita es un ejemplo perfecto de cómo una simple visita al veterinario puede hacer la diferencia. La tos que sufría por las noches no era solo un síntoma pasajero, sino un signo de una condición cardíaca que, de no haber sido atendida, podría haber reducido significativamente su calidad de vida y longevidad. Al igual que en los humanos, las enfermedades crónicas en las mascotas pueden controlarse si se detectan a tiempo.

Como dueños responsables, es fundamental estar atentos a señales como cambios en los patrones de sueño, apetito, comportamiento o actividad física, ya que estos pueden ser indicativos de problemas subyacentes. Así que, si tu mascota está empezando a mostrar las primeras canas, no dudes en llevarla al veterinario para un chequeo especializado. Tal vez, al igual que Florecita y su dueña, ambas puedan disfrutar de una vida larga y saludable... juntas.

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