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Abinader, un estadista robusteciendo el Estado nacional

La atención pública está sobre el Proyecto de Ley de Modernización Fiscal presentado por el presidente Abinader el lunes 07 de octubre 2024 en LA Semanal, pronto a ser depositado en el Congreso.

Aunque es una acción inscrita en los documentos normativos del desarrollo nacional y concertada entre los actores público-privado-políticos, pendiente de ejecución, los sectores “afectados” están solicitando "bájele un chin", al Ejecutivo.

Hemos leído y escuchado con detenida atención los pronunciamientos al respecto: a los sectores productivos, nacionales y de zonas francas; a la industria turística, a los industriosos locales...

El “reclamo” mayoritario transporta un claro apoyo al Proyecto; también que la mayoría desea negociar los términos y alcances en el Senado de la República.

Y como es su derecho, eso está bien.

El mejor indicador de un gobierno democrático abierto al diálogo es la señal enviada al formar una comisión que decidirá la suerte y alcance de la fusión del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) y el Ministerio de Educación (Minerd). Tendrá seis meses para presentar opciones. Si en tal tiempo no lo logra, quedará vigente.

La propuesta fiscal del gobierno, sin embargo, no puede esperar tanto pues de ella dependen la planificación inmediata y mediata del desarrollo nacional y la garantía de la estabilidad macroeconómica.

Nuestro empresariado desea una economía duplicada para el 2032. Pasar, en ocho años, a un PIB y a un presupuesto oficial duplicados; este último superior a RD$2 billones.

Hablamos de un mercado duplicado, ganancias duplicadas, actividades duplicadas; ocupación, oportunidades y soluciones públicas al doble...

¿Quién no lo querría?

Especialmente cuando la población nacional no habrá crecido igual para entonces. Según proyecta la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), será +1% en el 2025. De mantener tal ritmo, improbable pues el desarrollo ralentiza el crecimiento demográfico, en 2032 tendríamos ~±921.2 mil dominicanos más, equivalentes (~ y ±) a +8.28% que hoy. Esos 12.04 millones de nacionales participarían, en la medida en que se dediquen y preparen, de un PIB duplicado y de servicios públicos con valores duplicados también.

Sólo esa visión prospectiva inherente al Proyecto de de Modernización Fiscal sustenta su idoneidad. Una que logrará robustecerse mediante las conversaciones entre los actores sociales y los representantes del pueblo y del gobierno a la vez, pues el pueblo los eligió y al PRM se deben.

Micro y medianas empresas informales obteniendo tres años de gracia sin costo fiscal es una bendición; igual incrementar la inversión de capital hasta +5% del PIB en el 2028. También más gasto social y solidaridad. Oportunidades incrementadas, ¡sí señor!

Como el Proyecto fue redactado desde la perspectiva de unas estadísticas e indicadores revelando rentabilidad suficiente en sectores cobijados con exenciones fiscales, estos habrán de presentar sus cuentas para demostrar los riesgos que aducen. Quizás convenciendo al Congreso y al gobierno puedan suavizar algunas cositas...

Lo relativo a la industria cinematográfica queda fuera de la lógica que propició las exclusiones de exenciones. Sobre este tema volveremos.

Concluimos, sin temores: el Proyecto propuesto es sano, previsor, desarrollista; un ejercicio de responsabilidad política. Recordad: el Estado es como todo, si lo queremos bueno, lo tenemos que pagar.