Reflexiones del director
A los futuros periodistas
Aparte de visualizar cómo se manejarían los medios impresos en el futuro, en mi conferencia ante el Primer Simposium Iberoamericano de Comunicación también hablé de los periodistas de nueva generación.
Les dije que su mayor reto será equilibrar el manejo técnico de las herramientas digitales con la profundidad y calidad de los contenidos.
La formación académica ya no puede centrarse exclusivamente en enseñar a utilizar programas o herramientas.
Debe incluir un componente ético y analítico que permita a los nuevos comunicadores no solo ser competentes en lo técnico, sino también ejercer un periodismo con alma, que cuestione, investigue y dé voz a los que no la tienen.
En este escenario, la prensa tradicional tiene la oportunidad de ser más que un observador pasivo de los cambios.
Puede liderar la transformación, aprovechando su experiencia y adaptando sus métodos para mantenerse relevante.
Los medios tradicionales deben entender que el lector actual busca inmediatez, pero también demanda análisis profundos que vayan más allá del simple titular.
Es un momento decisivo para redefinir qué es y qué debe ser el periodismo en este siglo.
Para ello, es esencial que los periodistas actuales y futuros abracen el cambio, exploren nuevas narrativas y formatos, y reconozcan que el valor real de la prensa no radica solo en el medio que utiliza, sino en la capacidad de mantener informada, consciente y crítica a la sociedad.
De esta manera, la prensa tradicional, lejos de desaparecer, puede renacer, aprovechando la diversidad de fuentes y formatos, y construyendo una simbiosis entre el pasado y el presente para garantizar su lugar en el futuro de la comunicación.