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Rostros felices

El PIB, una de las cifras más usadas en la economía, es con frecuencia acusado de no reflejar el bienestar de forma fidedigna. Siendo una medida del nivel de actividad económica, todo aquello que se compra y se vende por un precio entra como parte de su magnitud, aun cuando se trate de cosas que sólo sirven para resolver problemas creados por otras actividades. Los economistas así lo reconocen y aplican correctivos diversos, entre ellos imputaciones de valores y ajustes por diferencias en el poder adquisitivo de los ingresos. Y otros analistas son más radicales, y han propuesto índices de felicidad como opciones alternativas.

La temperatura corporal se mide con un termómetro, y hay dispositivos para determinar la presión arterial o la cantidad de glucosa en la sangre. El bienestar, en cambio, es subjetivo, y no tenemos un aparato que nos permita medirlo. Suponemos que depende del ingreso y la riqueza, pero no podemos asegurar que alguien es siempre más feliz que los que tienen menos recursos que él o ella.

De hecho, hay quienes aseguran que el dinero viene a ser como un maleficio. Dicen que por su posesión se rompen familias y amistades, se vulnera la moral, desaparece la lealtad y se transforma la personalidad de las personas. Visto de ese modo, actúa como una trampa que oculta sus verdaderos efectos bajo un manto de prosperidad y reconocimiento social.

Pero en un futuro no muy lejano, la incapacidad para determinar el nivel real de felicidad podría dejar de existir.

Las áreas del cerebro ligadas con el placer están siendo delimitadas con precisión, y la actividad neuronal en ellas puede indicar su intensidad. Habría, no obstante, que someter a las personas a un examen especial, diseñando quizás algún tipo de casco con ese propósito, lo que podría generar suspicacia y resistencia entre los posibles sujetos. Si entendemos que esa vía de medición es además demasiado complicada y costosa, otra alternativa nos la podría ofrecer ahora la informática.

Investigadores científicos de la Escuela Superior de Economía en Rusia han estado desarrollando medidas de felicidad personal en base a técnicas de reconocimiento facial. Sus pruebas iniciales fueron efectuadas con seguidores de equipos de la liga rusa de fútbol. Para ello utilizaron alrededor de diez mil fotos tomadas durante partidos celebrados desde el 2014 al 2018, y con un programa especial las vincularon con los eventos y resultados de los juegos que se estaban celebrando. En base a esos datos, identificaron las expresiones relacionadas con la alegría y la tristeza, según sus equipos avanzaban en el marcador de goles y triunfaban, o eran superados por sus rivales.

Aunque falta bastante todavía, con la ayuda de la inteligencia artificial pudiera llegar el día en que sustituyamos la suma de valores agregados del PIB por la evaluación de imágenes de la población a lo largo del año.

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