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Los tres golpes

Las nuevas generaciones post la dictadura de Rafael L. Trujillo no conocimos lo que significaba en el régimen “los tres golpes”.

Todo ciudadano dominicano al transitar por las calles del país tenía por obligación que llevar consigo tres documentos imprescindibles para demostrar su identidad: “los tres golpes”: la Cédula de Identificación Personal, el Carnet del Partido Dominicano y la Tarjeta del Servicio Militar Obligatorio.

Estos documentos eran requeridos a los transeúntes por las patrullas militares que recorrían las calles de las ciudades de todo el territorio nacional.

Con esta norma general la dictadura afianzaba el control casi absoluto del tránsito de los dominicanos, pero también le sirvió de mecanismo de recaudación al cobrar la expedición de cada uno de ellos.

El primer golpe era La Cédula de Identificación Personal, la cual empezó a expedirse en 1932, siendo el primer documento de uso obligatorio en el país. Trujillo fue el primero en sacarla. La cédula se sacaba a los 16 años y se renovaba anualmente. Este documento ha sobrevivido hasta nuestros días, con ligeras modificaciones, por su eficiencia en la identificación de los ciudadanos. Incluso fue copiada por varios países latinoamericanos.

Este documento tenía un número y separado por un guión otro número, que indicaba el lugar donde se obtuvo. Con la renovación anual se pagaba un impuesto, que se demostraba por un sello de rentas internas aplicado en la parte de detrás a la cédula.

Hasta la instauración del documento actual: la cédula de identidad personal y electoral, todos utilizábamos esa cédula anterior. Yo por ejemplo era el número 370101 serie 1 o “palito” (de la capital) y a partir de ahí se iban identificando las demarcaciones provinciales por series, como la famosa serie 23 de San Pedro de Macorís.

El segundo golpe era el Carnet del Partido Dominicano, al cual se le llamaba popularmente “La Palmita”, por tener el carnet una Palma Real, símbolo del Partido Dominicano, y también la palmita fue usada para acuñar la moneda de un centavo. Todos los dominicanos tenían que formar parte de ese partido único, de lo contrario eran considerados desafectos al régimen.

El tercer golpe era el carnet del servicio militar obligatorio, sometiendo a los jóvenes a entrenamiento militar, ineludible para todo ciudadano mayor de 17 años.

Todo aquel que osara andar en las calles sin uno de estos documentos y lo paraba la patrulla, inmediatamente era preso y procesado. Eran muy pocos los que jugaban a esa aventura de tener los documentos en regla. El temor y la sugestión del régimen les mantenía en vilo.

Estos documentos tenían jerarquías, no tener la cédula o el carnet del servicio militar era un hecho punible, pero jamás en igual proporción que no tener la palmita, pues eso significa ser enemigo de Trujillo.

Dos golpes quedaron derogados con el ajusticiamiento de Trujillo, sólo manteniéndose la Cédula, la cual actualmente es el único documento dominicano de uso obligatorio dentro del país.