PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA
¿Qué constituye una universidad jesuita?
Concluyo mi resumen del discurso del P. Kolvenbach (Santa Clara, California, 2000). Lo que debe definir la universidad jesuita es la misión: el servicio de la fe y la promoción de la justicia.
Una universidad jesuita tiene que ser primero universidad, es decir, dedicase a “la investigación, a la enseñanza y a los diversos servicios derivados de
su misión cultural.” Y el adjetivo jesuita pide el compromiso con la misión arriba especificada.
En el pasado, añade Kolvenbach, las universidades jesuitas practicaron su compromiso por la justica apoyando a las minorías con becas y a los estudiantes en desventaja. Las universidades de la Compañía han de respetar las normas que rigen lo académico, lo profesional y laboral, pero también es necesario “encontrar los modos de atraer, contratar y promover a aquellos [profesores y estudiantes] que comparten activamente la misión”.
Kolvenbach citaba a Ignacio Ellacuría: “pertenece a la naturaleza de toda universidad ser una fuerza social”. Y si hablamos de universidades confiadas a la Compañía de Jesús nos toca, “asumir conscientemente esa responsabilidad para convertirnos en una fuerza en favor de la fe y de la justicia”. Kolvenbach continuó: “Todo centro jesuita de enseñanza superior está llamado a vivir dentro de una realidad social… y a vivir para tal realidad social, a iluminarla con la inteligencia universitaria, a emplear todo el peso de la universidad para transformarla”.
Juan Pablo II propuso en 1990 esta agenda para la investigación y el servicio a las universidades católicas: “la dignidad de la vida humana, la promoción de justicia para todos, la calidad de vida personal y familiar, la protección de la naturaleza, la búsqueda de la paz y de la estabilidad política, una distribución más equitativa de los recursos del mundo y un nuevo ordenamiento económico y
político que sirva mejor a la comunidad humana a nivel nacional e
internacional”.
El Padre General sabía que las universidades de la Compañía existen en “una sociedad tan escandalosamente injusta, tan compleja de entender y tan resistente al cambio. Con la ayuda de otros, especialmente de los pobres, queremos desempeñar nuestro papel en la sociedad como estudiantes, como profesores e investigadores, como universidad de la Compañía.” Solo la oración sostendrá este esfuerzo. (Ver, M. R. P. Peter Hans Kolvenbach, (2007) Discursos Universitarios, UNIJES –Asociación de centros universitarios de la Compañía de Jesús en España).