La bendición de Dios

“La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella”, Proverbios 10:22.

Se ha hecho muy común enunciar la bendición de Dios, incluso fuera del ámbito religioso. La aclamamos, cual intangible gracia que nos favorece. La maldición de Dios puede destruir al malvado. Sin embargo, la bendición marca la diferencia entre quienes la reciben y quienes no. Entonces, su complacencia es con el creyente. El proverbista dice que ella es la que enriquece y, aún más, la que no añade tristeza con ella. Opera en lo espiritual, y se evidencia en lo material. Imprescindible es la bendición de Dios.