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En la diana

Condiciones reducción tasa de interés

Primer Tiro

El aumento del desempleo, y de la probabilidad de que la economía de Estados Unidos entre a una etapa de recesión, son dos fenómenos que incrementan de manera significativa las posibilidades de que la Reserva Federal (Banco Central de ese país) inicie un proceso de reducción de su tasa de interés. Este nuevo escenario ha inducido a algunos economistas locales a recomendar que el Banco Central domestico debe retomar el proceso de reducción de su tasa de política monetaria que inició al mediados del año pasado. El lector debe saber que el fundamento de esta recomendación está en que la diferencia entre estas dos tasas de interés es un elemento que incide directamente en la decisión de los inversionistas de mantener sus ahorros en pesos dominicanos en territorio nacional, o en dólares en los Estados Unidos. Sin embargo, existen razones poderosas para esperar que la reducción de la tasa de interés de las operaciones financieras en moneda nacional no se produciría hasta que no se produzcan determinadas condiciones.

Segundo Tiro

En primer lugar, la diferencia entre las dos tasas de interés antes citadas se encuentra en un mínimo histórico, bajando desde 275 puntos en junio del año pasado, hasta 150 en la actualidad. Aunque no necesariamente se deba a una relación de causalidad directa, es muy importante señalar que la tasa de promedio de devaluación anual de la moneda nacional pasó de -2.0% en los meses de agosto 2022/julio 2023, a 5.8% en los meses comprendidos entre agosto 2023/julio 2024. Lo anterior significa que el Banco Central domestico no debería reaccionar anticipadamente bajando su tasa de política monetaria, ni tampoco al mismo tiempo en que lo haga la Reserva Federal, sino que debería esperar hasta que el diferencial de tasa de interés se acerque a su promedio histórico. En segundo lugar, el planteamiento de que la inflación domestica es baja, y que la misma no se saldría del rango de los objetivos de las autoridades monetaria debido al aumento de la demanda de créditos que produciría una nueva reducción de la tasa de interés, carece de evidencia empírica y de fundamento analítico. Una nueva reducción del diferencial de tasa podría apalancar grandes expectativas devaluatorias e inflacionarias.

Tercer Tiro

En tercer lugar, en un escenario en el que los inversionistas locales y extranjeros no conocen los contenidos fundamentales de la reforma tributaria que se espera aprobar y poner en ejecución en lo inmediato, una disminución en la tasa de interés, en vez de una disminución, podría provocar un aumento neto en el costo del refinanciamiento de la deuda pública expresada en moneda nacional, pues las inversiones de títulos públicos denominados en dicha moneda tendrían un menor margen de tolerancia a la devaluación que fomenta el menor diferencial de tasa de interés, lo que podría provocar un aumento en la demanda de rendimiento proporcionalmente mayor. Por tanto, lo sensato, lo razonable, y lo que aconsejaría la sabiduría y la prudencia económica seria que, aunque la Reserva Federal inicie el proceso de reducción de su tasa de política monetaria, las autoridades locales esperen hasta que el panorama de riesgo de la sostenibilidad de la deuda pública mejore de manera significativa. La estabilidad requiere el debido pari passu: no más, pero tampoco menos.