EL BULEVAR DE LA VIDA
De cartas, amores y política
Nada tiene que ver la epístola que Leonel Fernández dirigió al presidente Luis Abinader esta semana con aquella otra carta que, en New York, Fausto Rey nos cantaba siempre en aquel bar de mis nostalgias, quilombo de buena vida para alejar la muerte: “Recibí tu carta, lleno de alegría, porque yo pensaba que tú me querías...”. Mucho menos guarda relación la misiva con la de aquel amante vencido que escribió: “Perdóname esta carta, aunque sé que nunca la enviaré. Primero, porque no sé dónde te encuentras y, segundo, porque después de haberte amado tanto, el alma que te escribe no te quiere ofender”.
La carta de Leonel es la antítesis de aquella con la que el Che Guevara se despidió de Fidel, reconociendo sus dotes de estadista “en los días luminosos y tristes de la crisis del Caribe”. Con esta carta, Leonel no se despide de Luis; más bien le da la bienvenida a la guerra de relatos entre ambos que esta carta ha inaugurado y que marcará sus vidas políticas de aquí al 2028, donde Fernández se enfrentará al candidato del PRM que, sin ninguna duda, tendrá la bendición y el apoyo del líder de esa organización, Luis Abinader.
Esta carta de Fernández fue la primera pero no será la última, lo que es una buena noticia para la salud de nuestra democracia en pañales, faltosa de que los dirigentes políticos pasen del denuesto al concepto, del insulto al argumento; y estos dos señores, ambos de origen noble, (pero no por la realeza sino por la nobleza, dedicación y entrega de sus respectivas madres al criarlos), son dos excelentes exponentes del tipo de político al que debemos aspirar los dominicanos, comenzando por su indiscutible condición de caballeros.
Como es sabido, el origen de la carta de Fernández fue la respuesta a las palabras de Abinader en LA SEMANAL, donde el mandatario fue sumamente crítico y frontal al afirmar, refiriéndose al expresidente: “tenemos posiciones, visiones diferentes, no solamente sobre el país, también sobre el mundo. (...) Él apoya el régimen de Maduro, nosotros pensamos que debe haber democracia". En lo del “apoyo al régimen de Maduro” estuvo el meollo de la cuestión, que se agravó cuando posteriormente la ONG Transparencia Electoral acusó a Fernández “de legitimar al fraude electoral en Venezuela”.
Entonces, señoras, señores, ocupen su localidad, el acto acaba de empezar.