Pensando

Las mismas aspiraciones

Las aspiraciones de un pueblo coinciden en que todos, sin excepción, debemos respetar la ley para mejorar la calidad de vida de la sociedad. Mucho se ha dicho que se hará justicia caiga quien caiga y resulta que caen los que no debieran caer, mientras que aquellos a quien le cae de todo, esos nunca caen. La policía debe asumir el orden y la seguridad y no convertirse en una amenaza uniformada. La misión del educador no es solo enseñar, sino profundizar en la vida de sus alumnos, porque los niños tienen solamente dos fuentes de aprendizaje, que son el hogar y la escuela; si falla uno, el otro no funciona. A los jóvenes se les debe enviar el mensaje de trabajar y luchar para superarse, porque querer liberarse convirtiéndose en esclavos de sus propios vicios, es vivir sin pensar en el futuro. Y ni hablar cuando se refiere a los administradores públicos que son “aves de paso”, que no enseñan a la empleomanía publica el verdadero sentido de la burocracia y la responsabilidad que esta encierra, porque las fallas en la administración frenan el desarrollo, el progreso y la llamada democracia. El mensaje es una muestra de sensibilidad social, trascendiendo en situaciones que en el presente siguen vigentes y que para nadie es un secreto en nuestra todavía vulnerable democracia. Comencemos ayudando a los infantes a través de la caridad y a los adultos con el vital ejemplo que todavía no se consolida. Parecerían Cantinfladas, pero en su concepto se hacen necesarias.