PENSAMIENTO BÍBLICO
Sediento de Dios
“Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?, Salmo 42:2
Hace un tiempo, mi hija a quien le gusta pintar, dibujó un venado, lo enmarcó y lo puso en mi cuarto de oración. La figura del ciervo es una invitación a mi corazón sediento de Dios. La pregunta es penetrante ante la sed espiritual del hombre. Únicamente Cristo puede mitigarla. Es la necesidad de todo el que está vacío de Dios.
La pregunta del salmista es crucial: ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? El agua viva es Jesús. Sólo él puede quitar esa resequedad del alma.