¿Prescindirá el gobierno de la doctora Germán Brito y del doctor Feris Iglesias?
Se acerca el 16 de agosto y las manecillas de dos renuncias penden entre los antípodas de los cristales, de los relojes y los días; del escenario y las coyunturas institucionales y políticas nacionales.
Sobre la renuncia del doctor Jesús Feris Iglesias de la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril) que abrió la posibilidad al presidente para hacer movimientos en el Ministerio de Medio Ambiente y en esta entidad del Sistema Dominicano de la Seguridad Social (SDSS) a inicios de agosto no pueden caber dudas. Tampoco pretender razones más allá de lo enunciado en el acto oficial que la oficializa porque lo que puede haber o no en la mente de un mandatario —divinidad que pone y quita responsables de las funciones públicas al amparo de las prerrogativas que la Constitución le confiere— trasciende hasta lo inexpugnable propio de la mente humana; se extiende hacia la región ignota de los arcanos.
Sobre la dimisión de la doctora Miriam Germán Brito, anunciada por ella como proclamación de meta y consigna victoriosa y de ¡Misión cumplida!, poco ha trascendido, salvo el festivo y glorioso gesto con que ha comunicado, varias veces, su salida.
Las decisiones y actos de las personas constituyen territorios determinados sólo por la convicción personal libérrima; o las condicionan factores imprevisibles: emotivos, funcionales, económicos y de cualquier otra naturaleza —incluyendo espejismos, esperanzas y promesas— que los psicólogos han venido a vincular al condicionamiento operante, esto es al manejo de la voluntad ajena por medio de fetiches, de otras personas y por inimaginables hilos.
Tres factores inciden en las acciones públicas: la percepción, la realidad y la conveniencia. Y esta última se eleva, al menos desde otros empujes: el funcional, vinculado al deber ser de las instituciones; el económico y el ético, atados a un esquema sistémico supra: el político y sus culturas: englobantes, macros.
La realidad, pues, que dio curso a la decisión del mandatario fue la renuncia del doctor Féris Iglesias, la cual está asentada como hecho en el decreto #434-24 de fecha 02 del corriente mes de agosto. Con respecto a la de doña Miriam Germán, el presidente no tiene alternativa pues ella dijo, enfática, públicamente y hace un año: ¡El 16 de agosto salgo! Y lo reiteró recientemente, ¿para calmar alguna boa? ¿O para despejar toda duda?
Mediante su decreto #434-24 el mandatario designó nuevos responsables en el Ministerio de Medio Ambiente a favor de cuyo ex responsable anunció que se iniciaría el proceso de transferencia hacia la Sisalril, lo cual exige unos pasos y procesos que las normativas vigentes establecen de obligatorio cumplimiento.
Hasta aquí todo cae al redil de las prerrogativas del Poder Ejecutivo; unas que nadie puede regatear ni cuestionar. Que tienen calidad normativa y de mandato.
La pregunta que viene a colación es: ¿prescindirá el gobierno del talento y compromiso con la salubridad nacional y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) que han caracterizado la vida y trayectoria del doctor Jesús Feris Iglesias?
Y, en la justicia: ¿de la entereza y experiencia de la doctora Miriam Germán Brito?
Al hablar de renuncias, más de esas que, como esta, han surgido así, de súbito, como las muertes sin aviso, es natural que en la sociedad surjan preguntas. Entre ellas: ¿por qué declinan estos funcionarios?, ambos con un perfil generacional, profesional, político y ético similar. ¡Con ostensibles talentos y resultados!
Aunque nadie está preguntando al respecto en voz alta, sí se elucubra e inquiere, sottovoce.
Más cuando se dan a conocer los resultados de la justicia dominicana y en su humareda densa, extensa y congestiva se recibe la confirmación del aviso de Germán Brito: ¡Me voy! Las mentes quedan inquietas. ¿Qué está ocurriendo, señor?, preguntan las vecinas. ¡Sí, señor! Aunque sólo interroguen para evitar decir pío. No lo dude, lector: de que piensan, ¡están pensando!
Otros, observan la calidad de estos funcionarios para cuestionar, al respecto y abiertamente: ¿Prescindirá el gobierno del presidente Abinader de servidores de esas calidades y envergadura?
Lo de guerreros y éticos hasta las neuronas de sus nervaduras les es conocido como cualidad común. Y como todo bajo el sol: hasta prueba en contrario. En el caso del doctor Feris Iglesias no se puede olvidar su heroicidad política: echarse el muerto de San Pedro de Macorís encima durante décadas, con una candidatura que nunca tuvo oportunidad ante el profundo arraigo electoral reformista y luego transPLDista allí. Él, sin embargo, siempre aceptó la responsabilidad, pudiendo, sin embargo, exigir otras demarcaciones con mayores posibilidades de ser ganadas por la incidencia en ellas del viejo PRD y luego del PRM, lo que le permitía obtener por su dualidad residencial: en esa provincia y en Santo Domingo.
Estamos hablando de uno de los profesionales de la salud nacionales que más puede aportar —y que mucho ha aportado— al desarrollo continuo de los sistemas sanitario, de salubridad y seguridad social, enfocados y gestionados desde las ciencias, la función, la eficiencia y las personas.
Pensar que estos funcionarios con similitudes etarias, de otros tipos y con comprobados éxitos en sus respectivos desempeños profesionales podrían quedar enajenados del tren administrativo, por renuncias —que en nuestra cultura política tienen connotación y semántica específicas—, puede estar enviando, también sottovoce, un mensaje de intolerancia generacional que consideramos ajeno al presidente y a su gobierno y que, es más, dudamos que el gobierno desee emitir.
Ante las similitudes de caracteres y perfiles de esos dos renunciantes funcionarios, es natural que sus dimisiones puedan generar dudas y, cuando no, interrogantes.
Dos servidores de edad madura y reciedumbre ética gallardamente colocados en la encrucijada de las oportunidades y las lides de la ética y la Política.
Dudas que los próximos actos del ejecutivo y los venideros días satisfarán; que la ciudadanía espera con clara expectativa.
Como otros, el doctor Feris Iglesias y la doctora Miriam Germán son parte consubstancial del PRM. Ahí, en el germen de esa organización estaban y permanecieron desde antes y desde, incluso, el acto fundacional de esa organización política: La convención de los sillazos.
Líderes aguerridos, comprometidos, eficientes y discretos. Con una trayectoria de integridad, hasta prueba en contrario, decimos.
Atributos que, se supone, la Política premia. ¿En realidad los premia la Política?
Ya veremos, porque es lo que vale y significa. Lo que mueve la participación social y la impulsa. Lo que se observa y respeta. La fidelidad del partidario y funcionariado a las fuentes, normas, objetivos y doctrinarios institucionales del poder; a sus estructuras y roles dirigentes. La reciprocidad en la oportunidad es el premio y el pago.