EL BULEVAR DE LA VIDA
USA vs. BRICS Los imperios nunca son inocentes
Pasemos revista a los hechos. Antes de terminar el lunes, China, Rusia, Irán, Nicaragua y Cuba ya habían reconocido el triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones de Venezuela. El martes, la Organización de Estados Americanos (OEA) y su insufrible secretario general, Luis Almagro, sin revisar una sola acta o el informe final de la Comisión Nacional Electoral (CNE) -porque aún no existe-, declaró a la oposición ganadora de las elecciones.
He ahí los dos relatos fundamentales del sainete macondiano que las potencias de este mundo multipolar (EE.UU., U. E, BRICS) nos han vendido, cada una con especial desparpajo, insolencia y cinismo. Los imperios nunca son inocentes.
No es casual que el presidente Biden, que como resultado de la contienda electoral estadounidense delegó en la OEA la defensa de sus verdaderos intereses, haya coincidió con los presidentes Lula, de Brasil; López Obrador, de México; Petro, de Colombia, y con el canciller de la Unión Europea, el español Josep Borrell, en la necesidad y urgencia de exigir que el CNE divulgue y acceda a revisar las más de 15 mil actas electorales del proceso. En el recuento de actas deberían centrarse todos los actores de esta crisis política. Venezuela y el mundo lucen polarizados, lo que dificulta cualquier negociación, conciliación. Sin la revisión de las actas electorales del CNE por parte de una comisión con representantes del gobierno, la oposición, EE. UU., U. E y los países BRICS no habrá solución definitiva a la crisis.
Que la CNE haya declarado a Maduro vencedor de las elecciones sin haber contabilizado el 100% de las actas es el argumento de mayor peso a favor de la oposición. Al mismo tiempo, el bloqueo financiero que con el visto bueno de Europa montó Estados Unidos contra el gobierno venezolano (-lo que sólo amainó gracias a la invasión rusa a Ucrania que desabasteció de gas a Europa, a partir de su interés por acceder a la riqueza energética de Venezuela)- es la principal línea de defensa del gobierno de Maduro.
Los grandes bloques mundiales enfrentados en Venezuela deberían entender que el uso de preservativos solo es bueno para el sexo y no para vendernos sus relatos como forma de mantener su influencia sobre el gobierno de Venezuela y especialmente su inmensa riqueza energética. Lo demás son poses. Cinismo político del peor. Los imperios nunca son inocentes.