La salud pública presente en todo: Perspectivas de la economía

La salud pública es un campo que permea todas las esferas y disciplinas sociales, conectando de manera intrínseca con aspectos económicos, políticos, culturales y medioambientales. Su impacto se extiende más allá del ámbito sanitario, influyendo en la productividad laboral, el crecimiento económico, las libertades civiles y la calidad de vida de las comunidades. En una serie de artículos, exploraré esta naturaleza interdisciplinaria, destacando cómo la salud pública interactúa con diversos sectores y cómo una visión integral es esencial para abordar los desafíos de salud contemporáneos. Desde las políticas de salud hasta la economía y la justicia social, cada artículo analizará la interconexión de estos elementos para ofrecer una comprensión holística del papel fundamental que juega la salud pública en nuestra sociedad.

Una paciente durante una consulta médica.

Una paciente durante una consulta médica.Fuente externa

En 2020, en día de juramentación como Director Ejecutivo del Comité del COVID-19 (CEGES), nos presentaron la opción de ubicar el centro de operaciones del CEGES en el Ministerio de Salud o en el Ministerio de Economía. Para mí, este mismo escenario subrayaba que una emergencia de salud pública tendría repercusiones no sólo en la salud, sino también en otras esferas sociales como la economía y las libertades civiles. Por ello, optamos por montar nuestro centro de operaciones en el Ministerio de Economía para comprender mejor las implicaciones interdisciplinarias de la pandemia. Desde allí, tuvimos el privilegio de trabajar con Juan Ariel Jiménez y su equipo, incluyendo a Rainier Mallol, combinando estrategias de salud con conceptos económicos y el despliegue de soluciones tecnológicas.

Desde lo micro hasta lo macro, la salud pública está presente en todo. Empresas Fortune 500 despliegan programas de salud ocupacional y poblacional para empleados, no solo para promover bienestar en su ecosistema, sino también porque, según múltiples estudios de caso, estas prácticas aumentan la productividad económica de las empresas.

Un ejemplo más macro de la interconexión entre la salud pública y la economía en la República Dominicana es el tema del trauma y los choques de vehículos de motor. El elevado costo directo de la atención al trauma ha sido un obstáculo durante décadas para el desarrollo de esfuerzos sistémicos a nivel nacional. Sin embargo, esta visión limitada no considera las implicaciones económicas del trauma, que afecta principalmente a jóvenes en edad productiva, generando un impacto socioeconómico significativo. Indicadores como los años de vida ajustados por calidad (QALY) y los años de vida ajustados por discapacidad (DALY) muestran que el trauma tiene uno de los mayores impactos socioeconómicos. Por ello, las soluciones deben abordarse desde una perspectiva más grande, articulada desde la maquinaria de gobierno, para implementar estrategias efectivas que mitiguen este problema de manera integral.

El modelo de atención sanitaria basada en el valor (Value-Based Healthcare) es un concepto que integra de manera efectiva los paradigmas de salud con los económicos. Este modelo, desarrollado y promovido por mi profesor Michael Porter de Harvard Business School, se centra en maximizar los resultados de salud en relación con los costos incurridos. A diferencia de los modelos tradicionales que se enfocan en la cantidad de servicios prestados, el Value-Based Healthcare premia la eficiencia y la efectividad, incentivando a los proveedores de salud a mejorar los resultados para los pacientes a menores costos. Value-Based Healthcare Delivery (VBHD) se centra en la prestación de servicios de salud que maximicen el valor, mientras que Value-Based Purchasing se refiere a la compra de servicios de salud basándose en el valor y la calidad de estos servicios, promoviendo una atención más eficiente y efectiva. Este modelo no sólo transforma la forma en que se entregan y compran los servicios de salud, sino que también ha emergido como un tema clave en las conversaciones sobre mecanismos regionales de colaboración en desarrollo económico y negocios. Al alinear la calidad de la atención con objetivos económicos sostenibles, el modelo ofrece una solución integral y multifacética a los desafíos del sistema de salud y contribuye a la creación de sinergias en el desarrollo económico y empresarial a nivel regional.

Mis reflexiones sobre la Pandemia del COVID-19

Hoy reflexiono sobre los días turbulentos que vivimos como Director Ejecutivo del Comité CEGES durante la crisis del COVID-19 en la República Dominicana. Recordar aquellos momentos iniciales me transporta a un tiempo de incertidumbre y determinación, cuando nuestra misión era clara: reducir los casos y fortalecer los servicios de salud para proteger a nuestra comunidad.

Al inicio de esta batalla, enfrentamos el desafío de lidiar con un enemigo desconocido y devastador. La falta de información y recursos disponibles nos obligó a tomar decisiones difíciles, como la implementación de medidas para reducir la transmisión del virus. Recuerdo cómo cada decisión estaba marcada por el deseo imperativo de salvar vidas y evitar la saturación de nuestros sistemas de salud.

Sin embargo, junto con esas medidas vitales, vinieron los sacrificios dolorosos que afectaron nuestra sociedad. El distanciamiento social y la reducción de actividades económicas no sólo fueron medidas sanitarias, sino también una carga emocional y económica para muchos. Comprendo ahora, más que nunca, el impacto que estas decisiones tuvieron en aquellos que dependían de ingresos diarios para subsistir.

En retrospectiva, nuestras acciones fueron guiadas por el compromiso de proteger la salud pública, pero no puedo ignorar el sufrimiento que acompañó a esas decisiones. La empatía hacia quienes sufrieron las consecuencias económicas del confinamiento se ha vuelto una parte esencial de mi reflexión personal. En aquellos días difíciles, cada medida que tomamos representaba un equilibrio delicado entre salvar vidas y mitigar el impacto en nuestras comunidades más vulnerables.

Hoy, mirando hacia atrás, reconozco que no éramos sólo líderes tomando decisiones, éramos seres humanos enfrentando una crisis sin precedentes. Agradezco profundamente la resistencia y la solidaridad demostrada por todos durante esos momentos críticos. Cada lección aprendida y cada desafío superado nos ha fortalecido como comunidad.

Continuaremos aprendiendo y evolucionando, preparándonos para enfrentar cualquier desafío futuro con la misma resiliencia y empatía que demostramos durante la pandemia. Juntos, hemos escrito una página crucial en la historia de nuestro país, marcada por el sacrificio y la determinación de proteger lo que más valoramos: nuestras vidas y las de nuestros seres queridos. Sin lugar a dudas, hemos aprendido que la salud pública nos une a todos y que merecemos soluciones integrales e interdisciplinarias para abordar los retos presentes y futuros en el ámbito de la salud.