VIVENCIAS

Mileinismo

Will Rogers humorista norteamericano se preciaba al decir que la “conjetura de un economista puede ser tan buena como la de cualquier persona”. Hago mío este criterio, para hacer una reflexión sobre el cáncer que representa la subida de impuestos sin cuestionarse y corregir los gastos superfluos que existen en el tren gubernamental y político.

La reforma fiscal pretendida, que se quiere implementar en la Republica Dominicana se hace bajo el eufemismo que “implica ingreso y gasto público, y que para poder dar este paso hacia un nuevo nivel de desarrollo se toma en cuenta el “bienestar de las personas” concebida con tres principios fundamentales: los ingresos, el gasto y los aspectos macroeconómicos”.

Me parece, siguiendo la línea de pensamiento de Joseph Ratzinger, que refugiarse en una concepción cientifista de la economía, regida por leyes que se cumplen inexorablemente, es quitarle al hombre su libertad, aunque se haga en nombre de cualquier corriente ideológica.

En el mecanismo de subida de los impuestos que utilizan los políticos me inscribo en lo que dice Javier Milei, que cuando se hace es una expropiación, en el fondo, es matar el crecimiento económico violentando el derecho de propiedad, y si este se violenta no hay incentivo para el ahorro y la economía se estanca. ¡Una aberración!

Visto así, los propulsores de una subida de impuestos con la reforma fiscal confieren al Estado la condición de un vampiro dentro de un banco de sangre, olvidando que las fuerzas espirituales son también un factor económico y que las leyes del mercado sólo funcionan si hay un consenso moral básico que las soporta.

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