Desmitificando la reforma fiscal

En esta serie de artículos, me propongo abordar varios mitos que siempre surgen cuando se plantea la necesidad de una reforma fiscal. Necesidad que, desde el año 2010 cuando se presentó la Estrategia Nacional de Desarrollo al 2030, se ha venido postergando, por el costo político y el impacto social que puede tener.

Esta vez, el presidente Abinader ha decidido asumir, con la responsabilidad que lo caracteriza, el obligado ajuste de los ingresos y gastos del gobierno para enfrentar las nuevas demandas sociales y económicas, de un país que crece y en el que aumentan las expectativas de oportunidades y bienestar por parte de su población.

El debate sobre la reforma fiscal en la República Dominicana ha sido objeto de múltiples percepciones erróneas y desinformación. Es crucial desentrañar estos mitos y ofrecer una visión clara sobre la necesidad y los beneficios potenciales de una reforma integral. En estos artículos, abordaré las aprehensiones más comunes y proporcionaré una perspectiva realista, basada en datos para ayudar a comprender mejor la importancia de una reforma fiscal, claro está, bien diseñada, para el desarrollo sostenible del país.

“La reforma fiscal solo beneficiará al gobierno sin tener en cuenta el impacto en la sociedad”

La reforma busca equilibrar el presupuesto y permitir una mayor inversión en áreas clave como salud e infraestructura, con el objetivo de ofrecer mejores servicios públicos, lo cual beneficia a todos los ciudadanos, especialmente los más vulnerables. Los recursos gubernamentales son los que permiten responder a muchas de las quejas ciudadanas cuando, con razón, demandan calles y puentes, mejor infraestructura y servicios en los hospitales, viviendas, seguridad social, seguridad ciudadana, agua potable, drenaje, mejores servicios públicos, mejor gestión ambiental, entre otros.

“Todos pagarán más impuestos bajo la nueva reforma”

La reforma busca una redistribución más equitativa de la carga tributaria, apuntando a sectores que actualmente pagan menos en proporción a sus ingresos. Incluso, muchos de los borradores no oficiales que han circulado contienen propuestas importantes de eliminación de incentivos y exenciones. Esto apunta a que en la Reforma se está evaluando recaudar en sectores no alcanzados por el esquema tributario vigente. Por tanto, es de esperar que aquellos con mayor capacidad económica contribuirán más, mientras que los de menos capacidad podrían ver, incluso, una reducción en su carga fiscal. El objetivo es corregir las distorsiones del sistema actual, donde algunos sectores como las telecomunicaciones y la banca pagan mucho más que otros igualmente lucrativos.

“La deuda nacional es insostenible y causará una crisis inmediata”

Aunque la deuda es alta, no es insostenible a corto plazo. El problema principal es que los intereses están absorbiendo una gran parte del presupuesto, lo que limita las inversiones en infraestructura y servicios públicos. Sin embargo, el gobierno puede manejar esta situación aumentando los ingresos y permitiendo una gestión más eficiente de la deuda, pero el objetivo es crear una base más sólida para el crecimiento económico a largo plazo. Es dejar de poner “parches” cuando hay crisis, en lugar de responsablemente intervenir para evitar la crisis.

“Combatir la corrupción es suficiente para resolver el déficit fiscal”

Sin duda combatir la corrupción es esencial, y el gobierno del presidente Abinader ha dado muestras de su seriedad en el combate y la persecusión de la corrupción y la recuperación de los bienes robados, pero no es suficiente para sanear un déficit fiscal, que es estructural y requiere una reforma integral. Solo una combinación de mayor transparencia, eficiencia en el gasto y cambios estructurales puede abordar el problema de manera efectiva y sostenible.