FIGURAS DE ESTE MUNDO
Luz en las tinieblas
“Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a la luz” (Marcos 4:22).
El evangelio de Cristo nunca estuvo destinado solamente al reducido grupo de sus discípulos. Estos fueron comisionados por Él a anunciar Su palabra sobre el reino de Dios al mundo entero. “¿Acaso se trae una lámpara para ponerla bajo un cajón o debajo de la cama? -pregunta el Maestro- No, una lámpara se pone en alto, para que alumbre”. Al comparar la palabra con una lámpara encendida, Jesús indica que el mensaje debe ser visible e iluminar a todos los que moran en oscuridad.
“Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado -prosigue Jesús-; ni escondido, que no haya de salir a la luz”. La verdad del reino de los cielos no puede mantenerse en secreto. Aunque Satanás, las tentaciones del mundo o la persecución intentan ocultar la palabra y sus efectos, la luz prevalece y resplandece en las tinieblas.
También les dijo: “Fíjense en lo que oyen. Con la misma medida con que ustedes midan, Dios los medirá a ustedes; y les dará todavía más”. La medida de nuestra atención a la palabra será compensada con igual comprensión. Quien haya aprendido una verdad bíblica y la aplique diligentemente recibirá más verdades que poner en práctica con fidelidad.
“Pues al que tiene -concluye el Señor- se le dará más; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará”. Cuanto más se busca a Dios, más abundante gracia se recibe; cuanto más se oye Su palabra, más generosamente dará Dios de su luz. (Marcos 4:21-25).