¿Por qué recordamos con más facilidad los eventos negativos?

Uno de los mecanismos que tiene el cerebro de protegernos es guardar los recuerdos negativos, ya que para asegurar nuestra supervivencia los codifica en la memoria a largo plazo, para que no olvidemos lo ocurrido y nos cuidemos.

Cuando traemos un recuerdo al presente, lo que ocurre en nuestro cerebro es la activación neuronal de cuando ocurrió el hecho. Las investigaciones señalan que si está relacionado a una memoria emocional, es más probable que esa experiencia pasada se codifique con más nitidez en el hipocampo y en la amígdala cerebral, que son áreas del cerebro involucradas en la codificación del recuerdo. Sin embargo, en el presente se continúa debatiendo si realmente es así, que los recuerdos negativos en general tengan un poder más fuerte sobre lo que consideramos pensamientos positivos, como señala el equipo de Williams SE (2022) del Departamento de psicología y Neurociencias de Boston College.

Algunos científicos señalan que los recuerdos negativos son más duraderos que los positivos. Un ejemplo de ello puede ser que podemos recordar lo que hemos comido hoy o con quien compartimos el almuerzo, por un periodo de tiempo corto. Pero si ese día nos han traído la comida fría y si el compañero que nos ha acompañado tenía una noticia positiva de su ascenso en el trabajo, es más probable que nos recordemos del evento, incluso el nombre del restaurante, ya que le hemos tenido que decir al camarero que cambie el plato.

Aunque nuestro cerebro utiliza este mecanismo para ayudarnos a sobrevivir al medio y protegernos, algunos recuerdos negativos nos pueden impactar de forma que nos dejen secuelas postraumáticas y nos pueden causar daños en nuestra calidad de vida.

Estos esquemas mentales que tenemos por nuestro pensamiento o nuestra creencia nos pueden frenar a la hora de tomar una decisión, por ejemplo, si nos quedamos sin trabajo, solemos pensar que somos torpes o que no valgo para nada. Cuando llegan estos pensamientos a nuestra vida, nos convertimos en ellos y consideramos que es cien por ciento real. Estos pensamientos negativos están vinculados a algo que consideramos que no va a cambiar. Y nos lleva a estar en un entorno cerrado y seguro para uno.

Neurotransmisores como el cortisol, conocido como la hormona del estrés, aumentará y nos afectará a nivel conductual, realizando cambios en nosotros a lo negativo, afectando de alguna manera nuestra salud física y mental.

Algo beneficioso que podemos hacer es analizar los pensamientos que solemos tener para de alguna manera verificar si son reales, o es algo que considero en ese momento. El cerebro no tiene la capacidad de saber si el pensamiento que estamos teniendo en ese momento es real o imaginario, y repercutirá en mí sea real o no.

Verificar como me hablo, como me trato, como me valoro nos ayudará a ver cómo esto influye en mi manera de pensar. Debemos educar nuestros pensamientos para que nos hablemos con amor y consideración, para cambiar este patrón a nivel conductual. Si estos pensamientos negativos se continúan manifestando y nos afectan en nuestra calidad de vida, lo ideal es buscar ayuda profesional para reorientar estos pensamientos negativos.