Tribuna del Atlántico
La agenda de estos cuatro años
Con su viaje a Europa, días después del proceso electoral, el presidente Luis Abinader se da un necesario respiro junto a su familia, luego de una intensa campaña política y los afanes propios de gobernar.
Las importantes reuniones de Estado en que participa, con el papa, el secretario de Estado del Vaticano y los presidentes de Italia y Portugal, no comportan los mismos afanes del día a día en el país.
El respiro es conveniente porque, de regreso los temas de la agenda nacional no se hacen esperar y le toca el pisa y corre, de seguir conduciendo los destinos nacionales, el 16 de agosto es una formalidad para la continuidad de su mandato.
El mandatario consiguió impactar cuando, inmediatamente después de su elección, convocó a sus dos principales contendores a reunión, la que, inicialmente ambos aceptaron, realizándose el encuentro con Abel Martínez y posponiéndose la que sostendría con Leonel Fernández, aquejado de un virus gripal, según se dijo.
El mandatario sorprendió al país y los opositores, con esa convocatoria, ambos respondieron de buena fe, a una disposición de diálogo que, prima facie, sólo beneficia al ratificado por las urnas. Abel Martínez sin consultar a su Comité Político, cometió otro error, parecido a varios que habrían minado sus posibilidades electorales. La política no es siempre buenas maneras, requiere a veces, ver un poco más allá de la curva, de lo que se curó Fernández con la oportuna gripe y el comunicado posterior de su Dirección Política.
Y es que, es muy temprano para tender puentes a un presidente que ya cuenta con un respaldo legislativo para operar con rodillo en variados temas, incluso para la eventual reforma constitucional, con el tema de los candados, que como han explicado varios juristas tiene, diferentes pespuntes.
Lo razonable es que el presidente se concentre a su regreso en perfilar los temas claves del próximo cuatrienio, en procurar los consensos necesarios para que no tenga que usar de forma atropellante la mayoría conquistada en las urnas.
El país está abocado a una reforma fiscal que, por necesaria que sea, y lo es, con nuestra excasa presión fiscal, no está exenta de problemas, para garantizar un incremento de los ingresos, sin seguir cargando a los más pobres y a la clase media y con poco impacto en quienes más pueden.
Este periodo constitucional debería servir para sentar las bases para una verdadera política de agua, que permita un suministro estable conforme al crecimiento del país y de su industria turística. ¿Cómo es posible que un país que exhibe un crecimiento envidiable del turismo, hoteles de primer nivel, fallen en garantizar suministro permanente de agua en sus habitaciones, como ha ocurrido este mismo fin de semana en enclaves importantes?
¿Cómo se explica que en 4 años las pérdidas totales de las Empresas Distribuidoras de Electricidad, hayan aumentado en lugar de disminuir?
¿Cómo es que esta semana hemos asistido horrorizados a un atraco de película, a un banco, en una plaza atestada de gente? No voy a hablar aquí, del infeliz comunicado del banco.
En fin, que impulsar la agenda nacional va a requerir de un gran esfuerzo para que el país siga creciendo y comience a resolver, problemas de mucho ancestrales.