Tribuna del Atlántico

Los más y los menos, de las elecciones

Que cada situación tiene sus más y sus menos, no es sino, otra forma de decir que hay cosas positivas y negativas, como en el proceso electoral del domingo.

De entrada, una demostración más de que con sus carencias e insoslayables amenazas, la República Dominicana avanza en el proceso de consolidación democrática.

El presidente Luis Abinader, ha logrado una victoria indiscutible, en un proceso menos traumático que el de febrero, superando el viejo fucú, que parecía afectar a su franquicia original, el PRD, donde nadie logró permanecer por dos períodos. Se podrá alegar que el PRM, heredero de la tradición perredeista, no arrastra, esa “pava”, o mala suerte.

Es sin dudas el gran ganador del proceso. En su discurso de victoria dijo que no buscará un tercer mandato. Vamos a ver si piensa lo mismo, cuando en año y medio, más o menos, comiencen a calentarle las orejas, con el, “sin ti, se hunde este país”.

El país ha ganado en la administración formal de las elecciones, por la Junta Central Electoral, en el reconocimiento oportuno de los candidatos opositores del triunfo del presidente, en un año en que también estrenamos debates.

El fantasma de la compra de votos, no fue superado y la presencia de delegados y activistas con gafetes o baberos, sigue siendo un tema a mejorar.

El mayor handicap, es la altísima abstención, que ronda el 46%, febrero y mayo no han estimulado la gente a votar, y a eso, hay que prestarle atención.

El proceso es, sin dudas, un triunfo para el PRM, para sus asesores y para el presidente y coordinador de campaña, José Ignacio Paliza, que al sustituir en esas funciones a Roberto Furcal, consagra sus méritos de armador político, con una victoria presidencial y el control casi total del Congreso.

Del lado opositor, el ex presidente Leonel Fernández y la Fuerza del Pueblo, logran posicionarse como la segunda fuerza política del país, con un nada desdeñable 29 por ciento de los votos, al obtener un millón, 254,492 sufragios, es significativo, para un partido aún joven, que además estrena el éxito de un delfín y eventual relevo político, el senador electo del Distrito Nacional, Omar Fernández.

Sin dudas, el otro gran ganador del proceso, es Omar, en torno a su candidatura se generaron tantas expectativas o más, que en torno a la disputa presidencial.

Su buen manejo, ajeno a las diatribas, pro positivo, apostando a nuevas formas de comunicación política, llevando un ritmo respetuoso del que no lo sacaron ni los 30 o 40 tuits diarios, de Vinicito Castillo.

Omar sale airoso, venciendo a todo el aparato del Gobierno y al empeño del propio Presidente, a favor de Guillermo Moreno. Tal vez algún día se sepa quien ideó el invento, que para mí, tenía como objetivo construir el relato de que Omar no había sido capaz de vencer ni a Guillermo Moreno, que en sus aspiraciones presidenciales no ha pasado de un 2%, la estrategia no salió bien y no ha hecho más que potenciar sus posibilidades de cara a futuro.

Con el proceso electoral del domingo, el país sigue avanzando, A pasito lento, como la emblemática canción de los Toros Band, con el Torito, que logró su reelección, por cierto.

Los más del proceso, no debe hacernos olvidar, las amenazas que tiene el país, en la delincuencia, el costo de la vida, la crisis de Haití y la inminente reforma fiscal y el afán de los candados, que también tiene sus bemoles, pero ese, es otro tema.