Abinader
En las elecciones presidenciales y congresuales del pasado domingo, cívicas y ordenadas, ganó el pueblo dominicano. Una fiesta democrática donde la Junta Central Electoral (JCE) se lleva los aplausos por haber montado un certamen que rescató el prestigio institucional así como la confianza de la población.
En la jornada y tal cual como lo vaticinaban las encuestas, el presidente Luis Abinader acompañado de la vicepresidenta Raquel Peña por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), logró de manera contundente la reelección. Su triunfo, con un 57 por ciento frente a sus adversarios Leonel Fernández (25), de la Fuerza del Pueblo (FP) y Abel Martínez (10), del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) sin lugar a dudas es un reconocimiento a su obra de gobierno, desarrollada bajo las más inhóspitas y demandantes condiciones internas y externas.
Cual predictor atmosférico, Abinader, quien para las elecciones municipales de febrero pasado había pronosticado un “tsunami” electoral y donde se alzaron con más del 85 por ciento de los territorios, adelantó que estas serían una especie de plebiscito y vistas las 29 de 31 senadurías logradas, no cabe dudas que volvió a acertar.
Las preliminares apuntan que el PRM también tendrá el control en la cámara de diputados donde, solo para poner un ejemplo, ganaría 13 de las 18 curules del Distrito Nacional. Una barrida que se proyecta también hacia los legisladores de ultramar.