La Inteligencia Artificial en el país

La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en una de las narrativas más disruptivas y prometedoras en la comunicación de innovación local. Sin embargo, su desarrollo y adopción en la República Dominicana enfrentan desafíos significativos, principalmente debido a la baja inversión en este campo.

Según datos de Tabuga Intelligence en su reporte de IA, la inversión actual en IA en el país ronda los 10 millones de dólares para 2024, una cifra que se considera modesta en comparación con el crecimiento económico dominicano. Esta limitada inversión refleja el estado incipiente de la IA en República Dominicana y representa un obstáculo para su desarrollo como una actividad económica viable.

Al final, tiene que fluir dinero y lo deben constatar los actores económicos de la cadena de valor. Afirmar que, en la actualidad, la inversión en inteligencia artificial en el país apenas alcanza los 10 millones de dólares, evidencia el estado incipiente de la IA en República Dominicana.

Además de la falta de inversión, existe el riesgo de un desánimo en la adopción de la IA por parte de los actores clave del ecosistema tecnológico. Con más de 20 años de experiencia en el sector, puedo afirmar que lo peor que puede pasar para un país como el nuestro es que exista ese desánimo en la adopción. Si las empresas y los empresarios perciben que la IA no les brinda un beneficio tangible, podrían decidir no invertir en esta tecnología, lo que marcaría el principio del fin de una tecnología a la hora de adoptar.

Para superar estos desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece la IA, recomiendo varios pasos. En primer lugar, es necesario aumentar el uso y la adopción de la IA para crear plazas de trabajo y soporte nacional. Esto implica preparar mano de obra calificada y lograr que las grandes empresas capitalicen casos de éxito internacionales para motivar a los demás empresarios. Es importante destacar que solo el 5% de las empresas dominicanas tiene la capacidad de contratar personal y abordar proyectos de IA de manera efectiva. Curiosamente, este 5% corresponde al grupo de las grandes empresas facturadoras del país que actualmente enfrentan el desafío de implementar la factura electrónica exigida por la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). Si estas empresas no logran cumplir con este requisito, podrían enfrentar conflictos fiscales que detendrían futuras inversiones en nuevas tecnologías como la IA y los modelos de gran escala.

También es fundamental subrayar la disparidad entre la inversión en IA y el tamaño de la economía dominicana. Con un Producto Interno Bruto (PIB) que supera los 68 millones de dólares, una inversión de solo 10 millones en IA resulta “chiquita”. Comparativamente, la tecnología y las telecomunicaciones representan el 10% del PIB, mientras que el turismo batalla para alcanzar ese mismo porcentaje.

El desarrollo de la Inteligencia Artificial en República Dominicana enfrenta desafíos significativos, principalmente por la aceleración de un discurso que, unido a la baja inversión y el riesgo de desánimo en su adopción, pueden catalizar un letargo similar al que observamos con el comercio electrónico décadas atrás.

Existen oportunidades para potenciar esta tecnología como una actividad económica viable. Para lograrlo, es fundamental fomentar la inversión privada, preparar mano de obra calificada que pueda ser contratada por empresarios nacionales, capitalizar casos de éxito y promover una mayor adopción por parte de las empresas.

Nuestro reto de invertir en tecnología para un verdadero liderazgo regional e impactar en la cadena nacional recae principalmente en los empresarios, no en el gobierno. Solo así se podrá aprovechar el potencial transformador de la IA y posicionar a República Dominicana como un referente en este campo.