Estadísticas, bases del desarrollo
Los debates políticos escenificados recientemente en la República Dominicana nos permitió visualizar la importancia de los datos y las estadísticas para el desarrollo y el bienestar de la sociedad.
A los ojos de todo el mundo las discusiones se centraron en el manejo de los datos y su interpretación para la toma objetiva de decisiones políticas, como también su trascendencia en la rendición de cuentas.
En realidad es que para una buena gobernanza los registros deben obedecer a una metodología rigurosamente científica, como así su análisis y determinación de los indicadores.
Estos últimos nos permitirán considerar medidas acertadas, porque mientras mejores sean los datos, más certeras e impactantes serán en su aplicación en caso de querer solucionar problemas nacionales al tratarlos desde sus causales.
Una condición más que necesaria, imprescindible, es de manejar informaciones oficiales creíbles, verificables y confiables, requisitos universales de ser datos abiertos y transparentes; generadora de confianza, por tanto.
Los cuestionamientos de que fue objeto el gobierno por no tener datos actualizados en sus portales a la hora de los debates fueron válidos, ya que los mismos se prestan a la manipulación de comportamientos humanos y a las malas prácticas de políticas públicas.
En el país no existe tradición en la investigación cuando la tendencia global demanda evidencias científicas de los hechos ante las inversiones como elemento esencial para la planificación.
Esta debilidad aplicada a los datos y registros respecto al desenvolvimiento de la población ha impedido la mejora de la movilidad y la seguridad de los usuarios en la República Dominicana. En conclusión, el tema de la seguridad vial hasta este momento ha sido irrelevante para los gobiernos en general. Por lo que esta falta de visión produce una deuda económica y social insospechable.
FundaReD es una organización no lucrativa dedicada a políticas de seguridad vial: a 13 años de su publicación titulada “Indicadores Catastróficos 2010” donde revelamos por primera vez los verdaderos niveles de mortalidad por accidentes de tránsito en nuestra red vial sin que provocara ningún asombro en la sociedad ni en las autoridades hasta que tiempo después los organismos supranacionales ratifican nuestros datos en un informe mundial calificando al país como el segundo con carreteras más peligrosas del mundo.